Hábitos para una vida mejor

Hábitos para una vida mejor

Un hábito es una conducta que se repite regularmente de manera automática, es aprendida y requiere poco o nada de nuestra atención consciente. Yo incluyo a acciones, pensamientos y sentimientos.

Si has repetido algo muchas veces a lo largo de tu vida es posible que se haya transformado en un hábito aunque no seas conciente de ello.

Hay hábitos que son positivos, neutros y negativos por las consecuencias que conllevan a medio o largo plazo. Aunque a corto plazo puede que sea muy agradable como comer un pastel cuando te encuentras triste o aburrido.

Muchos de estos hábitos están asociados a algunas creencias que tenemos sobre  nosotros mismos o sobre el mundo y buscan satisfacer necesidades básicas, aunque no  siempre de la mejor manera.

Una acción positiva que podemos realizar es tomar conciencia de los hábitos más recurrentes que tenemos y determinar cuáles son buenos para nuestras vidas y cuáles no. Así como anotar las creencias que alimentan a muchos de ellos.

Aquí te sugiero algunos que me están sirviendo para tener una vida más rica y saludable. Espero que a ti también te sirvan.

“Somos lo que hacemos cada día. De modo que la excelencia no es un acto sino un hábito”

Aristóteles.

Índice de contenido

Aceptación

La aceptación es un Sí a lo que es.

Es no tratar de cambiar la realidad de este momento. No rechazar lo que eres ni nada de lo que  está ocurriendo en tu vida. Pero sí puedes tratar de cambiar las cosas que dependan de ti. No se tratar de observa con resignación la vida, pero sí de asumir las condiciones que aparecen en este instante.

Repito, no hay que resignarse, no hay que conformarse. Trata de mejorar las cosas y a ti mismo en la medida de tus posibilidades. Centrarse en lo que podemos cambiar, pero para eso hay que comprender la realidad presente. Y la mejor manera de hacerlo es observarla tal cual es, sin resistencias, rechazos ni autoengaños.

Comienza aceptando los pequeños obstáculos y contrariedades que te encuentras en tu día a día. No dejas que tu mente empiece a comparar, criticar y juzgar la situación de manera negativa. Trata de verla con la mayor claridad posible.

No te resistas a este presente inevitable.

Que la negación de este momento no traiga negatividad, frustración y desesperanza a tu vida. Que ese juicio no te impida observar todas las características de ese momento. Que la imagen que te hayas hecho de cómo debería ser el siguiente momento no empañe la realidad.

No esperes nada de cada momento.

No te imagines que tenga que ser de una determinada manera. Así no te decepcionarás si la realidad no se muestra como habías imaginado. No surgirá la frustración ni el rechazo. Además, lo que no hay no te impedirá  apreciar lo  bueno que sí hay. Teniendo así una visión más objetiva de la realidad.

«La aceptación de lo que ha sucedido, es el primer paso para superar las consecuencias de cualquier desgracia».

William James.

Valoración- apreciación

No comparar lo que es con lo que debería ser.

Nuestra mente siempre está generando  pronósticos sobre el futuro para tratar de adaptarse y tomar la mejor decisión posible. Imagina múltiples posibilidades, pero tenemos que tener claro que esas hipótesis no se cumplen en la mayoría de los casos. Presupones que los demás y la vida tendrían que ser de una determinada manera y que deberían aportarnos lo que deseamos. Se acostumbra rápidamente a lo bueno que hay y sufre por lo que le falta. No debemos desperdiciar energía ni atención por lo que no está.

Dejar de enfocarte en lo negativo, en los defectos, en los errores, en los límites.

Amplía el foco. Si dejas de fijarte únicamente en lo malo podrás ver que hay otras cosas, cosas buenas. Incluso puedes usar tu imaginación para tomar conciencia de la cantidad de cosas malas que no han pasado. Aumentando así el valor de este momento.

Por otro lado, si sólo miras tus defectos es fácil crear una imagen negativa de ti mismo y del mundo que te rodea. Dejando de lado todas tus capacidades que debido a que son habituales y muy naturales no la percibes con tanta claridad al  haberte acostumbrado a ellas. Observa también la cantidad de cosas maravillosas que hay en la vida y en las otras personas.

Expectativas bajas.

Si no esperas mucho, podrás apreciar más lo hermoso que hay. Si esperas mucho de los demás, de ti, del mundo, será fácil decepcionarte y no darte cuenta de lo positivo que sí hay, pues solo estará activa en tu mente la carencia y lo que “debería ser y no es”. Además esa actitud genera un sentimiento de decepción permanente que sólo traerá frustración y desmotivación.

No des nada por sentado y valora cada cosa como merece. No desprecies los regalos del universo.

«No veo la miseria que hay, sino la belleza que aún queda»

Ana Frank

Gratitud

Atención al presente.

Date cuenta de todo lo que hay en tu vida en este momento y que muchos otros anhelarían, pero que tú lo das por supuesto. El poder respirar, el poder alimentarte, el tener un hogar, seres cercanos que te quieren, ¿sientes algún dolor en este momento? ¿No? Me alegro.

A algunos puede que os parezca poco, pero para muchos sería el paraíso, e incluso para ti si el destino te quitara alguno de ellos aunque sea de manera temporal. Enfermedad, despido, muerte de un ser querido ¿Cuánto darías por volver a la situación anterior? ¿Podemos entonces apreciarlo y agradecerlo sin que sea necesario que desaparezca?

Valoremos y agradezcamos el regalo de este momento, de poder seguir respirando y de poder darnos cuenta de lo que nos ha sido entregado.

Cosas malas que no han pasado.

Ponte a imaginar todas las cosas malas que podrían haberte ocurrido y no lo han hecho. Accidentes, quiebras, enfermedades, lo que quieras… Y si te ha ocurrido algo parecido imagina que podría haber sido mucho peor o haberte pasado varias cosas a la vez. Te pongo un ejemplo:

Imagina que alguien es diagnosticado de una enfermedad grave. ¿Crees que apreciaría mucho más esos días anodinos y rutinarios cuando estaba sano? ¿Cuánto daría por volver a esos días? ¿Podemos nosotros hacer lo mismo sin la necesidad de que nos sucediera algo desagradable?

Diario “Cosas buenas que han pasado”.

Os animo a que realicéis un diario donde escribáis diariamente todas las cosas por las cuales puedes estar agradecido. Se trata de poner la atención en lo bueno que hay y no solo en lo negativo.

“Solo hay dos formas de vivir la vida: una, es pensando que nada es un milagro y la otra, es creer que todo lo es”.

Albert Einstein

Relativizar la mente

Una máquina de  hacer pronósticos.

Nuestra mente es una máquina de hacer pronósticos. Utiliza los recuerdos del pasado para tratar de adivinar el futuro. Y estar adaptada para hacerlo a toda velocidad ya que en tiempos de nuestros más antiguos ancestros podría significar la vida o la muerte. ¿Es este ruido el de un animal que quiere atacarme? ¿Es este un lugar seguro? ¿Debo acercarme o alejarme?

Lo que ocurre es que esa máquina falla y mucho. Hoy en día nuestro entorno es mucho más seguro que en aquellos tiempos, pero la dinámica mental parece que no ha cambiado demasiado. Así que en cualquier momento pronosticamos cosas malas que son poco probable que ocurran, pero que nos genera miedo e incertidumbre.

No es necesario creerlo todo.

Por nuestras mentes pasan miles de pensamientos al día. Muchos de ellos se activan por señales del exterior, cosas que vemos u oímos. Pero deberíamos pararnos un momento a reflexionar y darnos cuenta de que muchos de ellos no son verdad. Muchos son memorias del pasado, opiniones, juicios o pronósticos sobre el futuro. Y claro está, pueden y suelen ser errados. Así que no creas ni preste demasiada atención a muchos de ellos.  Pásalo por el tamiz del juicio crítico y evalúa cuales pueden tener más sentido.

A modo de analogía, nuestra cabeza sería como una radio que está todo el día encendida emitiendo programas de todo tipo. Es algo que tenemos de fondo mientras estamos haciendo otra cosa y sólo en momentos puntuales deberíamos prestarle atención para analizar lo que aparece en ella, el resto del tiempo, lo dicho, ruido de fondo.

Detén los pensamientos negativos como juicios, críticas y quejas.

Nuestra mente está comparando en todo momento lo que es con lo que debería ser sobre ti y sobre el resto del mundo. Tiene puesto el foco en lo negativo, en la carencia. Eso le ayudó a sobrevivir en otros tiempos, pero hoy en día es fuente de ansiedad, amargura e insatisfacción constante. Como ya he comentado esa actitud te impide apreciar lo bueno que hay e impide evaluar de una manera más objetiva la realidad y a ti mismo. Así que sería bueno ser más cuidadoso con lo que decimos y pensamos. Y aunque aparezcan habitualmente este tipo de ideas por nuestra mente trataremos de darnos cuenta cuando aparecen. Trataremos de detenerlos prestando atención a otra cosa o reinterpretando la situación buscando el lado positivo.

“Ni el peor de tus enemigos pueden dañarte tanto como tus propios pensamientos”

Buda

Reinterpretación en positivo

Busca oportunidades.

De cada cosa mala que te pase trata de aprender lo que puedas. Son también una oportunidad para fortalecerte. Asume que habrá muchos momentos duros en tu vida y que sufrirás. Pues cuando lleguen vívelos serenamente en la medida de tus posibilidades. Todo viene y todo se irá. Si estás abierto a cada momento de tu vida descubrirás que tras cambios negativos vienen nuevas posibilidades si eres capaz de ser flexible y dejar el pasado atrás.

Busca los beneficios.

En cada experiencia, en cada situación de vida y en cada cambio que se produzca adquiere el hábito de buscar beneficios. Cosas que puedas utilizar a tu favor. Interpretaciones potenciadoras. Esto puede marcar la diferencia entre la esperanza y la amargura.

Os pongo un ejemplo tomado del libro “Hábitos atómicos” de James Clear: Un hombre tiene un accidente y queda parapléjico. Y le dicen que es una desgracia el tener que vivir postrado a una silla de ruedas. El responde “Gracias a esta silla de rueda puedo salir a la calle y tener una vida autónoma, si no tendría que quedarme en casa el resto de mi vida”.

Este caso ejemplifica perfectamente esta idea. La situación es la misma, pero la interpretación es diferente para cada uno de nosotros.

“Todo tiene belleza, pero no todo el mundo puede verla”

Confucio

Silencio

Calma y paz.

¿Quién no quiere algún momento de tranquilidad a lo largo del día? Un día con mil cosas que hacer, a toda prisa y con ruidos por todas partes. Es posible que personalidades introvertidas necesiten más este tiempo de paz y silencio para recargar energía, pero creo que aunque seas la persona más extrovertida del mundo también te vendrá bien tenerlo de vez en cuando.

Hacer pequeñas pausas a lo largo de día, buscar pequeños rincones donde puedas estar sin ser molestado y en silencio durante unos minutos. SI no puedes, trata de prestar atención a ese silencio que todo lo envuelve, aquel de donde sale todos los ruidos que escuchas a tu alrededor. En el momento que eres capaz de “escuchar” a ese silencio sintonizas con un silencio y una quietud interior. Esto te alinea con tu yo más profundo y auténtico. Añades claridad y reduces estrés y ansiedad en tu día.

Criterio interior.

A menudo me pasa que siento mi cabeza como una jaula de grillos. Muchas voces, muchas opiniones, ideas, deseos, y mucho de ellos contradictorios. ¿A cuál hacer caso? ¿Me guio por el impulso que me viene en primera instancia  o trato de ser más analítico? ¿Qué me estará influyendo del entorno?

Pues una manera que encuentro muy atinada para encontrar ese criterio es a través del silencio. Vivir y descansar en el silencio, en ese vacío sereno y libre de contenido y de voces discrepantes. Ahí puedes hallar guía para tu vida. Practícalo regularmente, sin prisas, exigencias ni expectativas y verás como te ayuda a orientarte por el camino de la vida.

“El comienzo de la sabiduría es el silencio”

Pitágoras.

Conclusiones

Valora y agradece todas las cosas buenas que hay en tu vida y todas las cosas malas que no hay.

Enfócate más en el presente.

No rechaces ni luches  con la parte de  la realidad que no te guste. Acéptala con serenidad.

Busca la perspectiva positiva que hay en todo.

No des por cierto todo lo que pasa por tu cabeza porque no lo es.

Detén toda visión negativa recurrente.

Busca o crea momentos de paz y silencio. Reducirás el estrés y la ansiedad, y conectarás con una brújula que orientará tu vida.

¿Qué otros hábitos o conductas añadirías?

¿Ha resonado alguna idea contigo? ¿Cuál? Indaga por ahí.

¿Cuáles has rechazados? ¿Qué ideas o creencias han aparecido? Indaga por ahí.

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