Si lloras porque no puedes ver el Sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas.
Rabindranath Tagore
Una ruptura sentimental puede ser una de las experiencias más devastadoras que puedas vivir. Hay personas que te marcan profundamente y si esta te deja es muy posible que te haya producido un dolor muy intenso, un gran vacío vital, desesperación o incluso depresión. Creías que iba a ser para siempre y, sin embargo, llega un día en que ya no está a tu lado. Se ha marchado, te ha dicho que ya no te quiere y que no desea seguir contigo.
Es posible que también aparezca incredulidad, rabia o indignación porque ignoras el motivo de la ruptura o porque crees que te lo debería haber dicho antes, cuando aparecieron los problemas. Deseas saber los motivos exactos para tratar de poner remedio, pero la otra persona te dice que ya es tarde, que no te quiere y que no hay marcha atrás. Esto es duro de aceptar y puede que luches contra ello. Habrá negación pues no quieres reconocer la situación y aún no te la crees. También surgirá el impulso de saber los motivos y para tratar de “solucionarlo” como sea: “¿Por qué no me lo dijo cuando aún era posible solucionarlo?”.
Te podrás sentir culpable por la ruptura al creer que has hecho algo mal. También surgirá el enfado pues te sientes traicionado/a después de todo lo que has hecho por él o ella, al no avisarte de lo que sucedía, o peor aún, si hay una tercera persona. Después llegará la desesperanza cuando terminas reconociendo que todo ha terminado o cuando ya te has cansado de esperar y, finalmente, la aceptación cuando lo asumes completamente, te liberas y vuelves a la vida.
Pero no todo fluye por estas etapas de manera natural. Es posible que te hayas estancado en alguna de ellas y no hayas completado el proceso de duelo completo. Puede que sigas enganchado/a emocionalmente a tu ex. Y que fantasees con que podréis volver. Esta actitud no te ayudará a pasar página. Tu vida se queda bloqueada a la espera de que todo sea como antes y que por “arte de magia” vuelva a quererte, pero es muy posible que eso no vuelva a ocurrir.
Te dejo una serie de sugerencias e invitaciones para ayudarte a facilitar ese tránsito.
Índice de contenido
Besos que vienen riendo, luego llorando se van, y en ellos se va la vida, que nunca más volverá.
Miguel de Unamuno
Un abrupto final
Cuando te han dicho que no te quieren y que ya no desean estar contigo hay un primer impacto tremendo. Puede incluso que creas que estás soñando y que todo lo que estás viviendo no es real.
Puede que te aparezcan pensamientos del tipo: “Esto no me puede estar pasando a mí”, “¿Cómo no lo vi venir?”, “¿Qué es lo que ha pasado si todo iba bien?”.
Surgirá un sentimiento de culpa al no haberlo visto venir. Creías que la relación iba bien, o al menos, como siempre. Pero puede que esta ignorancia se haya debido a varios motivos.
En primer lugar puede que no hayas querido ver el alejamiento de la otra persona, su falta de pasión, su apatía o su desvinculación afectiva. Puede que te hayas engañado quitándoles importancia o justificándole/la con que tenía un mal día. También es posible que hayas asumido y aceptado un tipo de relación donde las muestras de afecto eran mínimas, donde ya no hablabais mucho, donde todo era monótono y mecánico, incluido el sexo. Y hayas supuesto que era normal o te autojustificabas creyendo que tu pareja nunca ha sido demasiado afectuoso/a. Te habías acostumbrado a la falta de afecto y a la indiferencia.
También es posible que tu pareja haya interpretado el papel de pareja correcta mientras el desamor se hacía cada vez más grande en su interior hasta que, llegado un momento, no pudo más. O puede tuviera un carácter donde evitaba las discusiones y le incomodaba hablar de temas íntimos.
Sea por el motivo que sea, la realidad de este momento es que te ha dicho que no te quiere y que quiere romper la relación. Y es a lo que tienes que enfocar tu atención y asumir.
Pregúntate, ¿Te sentías realmente querido/a y con las necesidades cubierta en tu relación?
Encontrar los motivos de la ruptura
Una vez que te han dejado quieres saber el motivo que lo ha provocado. Necesitas comprender la razón por la que tu pareja, después de tantos años, te ha abandonado. Y sobre todo, si hay algo que puedas hacer para reconducir la situación. Deseas que aún tenga arreglo, que todavía sea posible la reconciliación y volver a estar juntos. Ese es tu único objetivo. Quieres despertar lo antes posible del mal sueño y no importa el precio a pagar. Lo has puesto todo en la relación, te has sacrificado como nunca, y ahora después de todo lo que has luchado por la relación estás a punto de perderlo todo.
Es peor si tu pareja no te muestra ningún motivo concreto, ni te reprocha nada que hayas hecho mal, ni hay una tercera persona. Simplemente te ha dejado de querer y no quiere estar contigo. Ahí no sabes a que agarrarte, no hay nada que puedas rectificar ni cambiar: “¿Cómo puede dejarme de querer sin ningún motivo?”.
Pues así es. Eso pasa. No hay amor garantizado, ni hay seguridad de que ese amor que te tenía vaya a ser eterno. Igual que vino, se ha ido. Tienes que comprender que nadie tiene el deber de amarte. El amar a una persona no le obliga a que también te tenga que amar a ti. O el que te haya amado no implica que deba hacerlo para siempre.
El amor es fluctuante. Nosotros cambiamos y vamos evolucionando. Un día nos gustan unas cosas y, de repente o no tan de repente, dejan de gustarnos sin ninguna razón lógica ni de peso. Y tú también tienes el derecho de que te pase lo mismo. Tu ex no te pertenece ni nunca lo hizo igual que tú no le perteneciste tampoco.
¿Dejaste de querer a alguien en el pasado sin ningún motivo aparente?
Tras las huellas de tu ex
Una vez que se ha producido la ruptura y que, de la noche a la mañana, hayas dejado de convivir, tocar y sentir a la persona amada, tu corazón y tu mente lo tiene aún muy presente. Y quieres seguir teniéndolo/a cerca. Así que es posible que pienses en tu ex constantemente pues crees que mientras sigas pensando en tu ex seguirá en tu vida. Hay un impulso por el que quieres saber lo que hace y cómo es su vida ahora que no estáis junto. Pues aún albergas la esperanza de que volveréis a estar juntos: “Se dará cuenta de su error y volverá a mi”.
De ahí que empiezas a realizar conductas de todo erróneas desde mi punto de vista: Tratas de conseguir información de parientes o amigos en común, lo sigues a escondidas para ver que hace y si ya tiene otra pareja, creas encuentro fortuitos, le haces llamadas “por equivocación”, entra en sus redes sociales para vez que hace o provocas el seguir en contacto con cualquier excusa como pedirle algún favor.
Quieres mantener viva la relación, esperas a que se dé cuenta de que se ha equivocado y quiera volver contigo. Pero si te ha dejado claro que no te quiere y que no quiere estar contigo lo mejor es no imaginar cosas que no son y creerte lo que te dice. De ahí que mantener contacto cero es fundamental ya que cuando más observas lo que deseas más lo deseas.
Así que nada de llamadas, ni ver fotos, ni hablar con amigos comunes ni familiares. El duelo no se puede hacer a medias y la única manera es borrarlo de tu mente, de tu corazón y de tu vida por completo. Y si hay hijos, el mínimo contacto posible.
Aprende a perder. Acepta y asume su decisión por dolorosa que sea para ti. Eso es madurez emocional.
¿Qué buscas cuando quieres saber dónde está y con quién? ¿Crees que te beneficia esa conducta en algo? ¿Piensas que así hay más posibilidades de recuperar a tu expareja?
¿Qué sientes cuando piensas en un antiguo amor? ¿Cuánto sueles pensar en ello? Pues ese es el objetivo ahora, con tiempo.
Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades.
Miguel de Cervantes
Buscando culpables
Tras una ruptura es posible que aparezcan pensamientos sobre qué hiciste mal para que te dejara. Y aparece entonces la autocrítica. Piensas: que deberías haber sido más cariñoso/a, más alegre, que no deberías haber forzado a tu pareja a hacer esto o lo otro, que tienes la culpa de todo y reconoces que a veces eres insoportable.
Pero puede que también pienses: que lo diste todo por la relación, que fuiste paciente y generoso/a, que tu relación y tu pareja lo eran todo, que lo sacrificaste todo y que esta ha sido la manera como te han pagado todo ese sacrificio. Por lo tanto, culpabilizas por completo a tu expareja.
Aquí puedes ver los dos polos: Tú eres el culpable o tu pareja es la culpable. Pero no siempre es tan sencillo. En una relación ambos sois importantes, ambos sois responsables de ir llenando ese bonito jarrón que se llama relación. A veces uno da más que otro y otras uno da casi todo y el otro solo recibe y da muy poco. En esa dinámica sostenida en el tiempo pueden aparecer fricciones.
Pero también puede pasar que ese amor inicial, con el tiempo y el uso se vaya desgastando. Las personas van evolucionando y no siempre lo hacen en la misma dirección. La monotonía y el estrés del día a día hacen que tal vez alguno de los dos o los dos hayáis dejado de alimentar a esa relación y, poco a poco, sin darse cuenta esta se va extinguiendo. Y llega un momento en que uno de los dos se da cuenta de que ya no quiere a su pareja.
Ahí puede que haya responsabilidad si esa persona se calla, si no es honesto/a consigo mismo/a y con su pareja. Si sigue fingiendo que todo va bien y sigue cumpliendo con los cometidos de ese rol de una manera automática. Pero llega un momento en que no puede más y todo salta por los aires.
También es posible que uno sea el que tenga la mayor carga de responsabilidad en la ruptura, por sus conductas físicas, verbales o emocionales. La otra persona se cansa de esperar a que cambie y termina con la relación. En otras ocasiones, el amor va diluyendo a través del día a día, tiene miedo de afrontar las situaciones, lo deja pasar un día y otro, tiene miedo del cambio, de la separación y las cosas solo hacen empeorar. Hasta que un día dice que ya no te quiere y te dejan.
No te autocastigues: “Soy mala persona, no soy querible, mía es la culpa, no merezco que nadie me quiera”.
Eres un ser humano valioso tal como eres aunque imperfecto/a, como todos. Tienes muchas cualidades que despliegas en tu vida diaria aunque no te des cuenta y también tienes mucho potencial por desplegar si lo permites. Trátate con compasión y respeto. A ser buena pareja se aprende en relación. Pero te en cuenta que tu amor, tu esfuerzo y atención debe ser sembrado en un terreno fértil no en uno estéril. Si la otra persona no está igualmente comprometida con la relación es difícil que a la larga salga bien. Por lo tanto, el aprendizaje es que lo pongas todo donde veas compromiso. Hay cosas que dependen de ti pero otras dependen de tu pareja y si no lo hace aparecerán los problemas.
Acepta que cada persona da lo que puede dar, no hay que forzar, no hay que presionar. Sí es bueno compartir tu sentir en cada situación y si no hay cambios ni intención de hacerlo es bueno plantearte alternativas a esa relación.
Un buen ejercicio es valorar el grado de responsabilidad de la ruptura lo más objetivamente posible. ¿Qué crees que podrías haberlo hecho mejor? ¿Qué crees que dejaste de hacer? ¿Luchaste por la relación? ¿Lo hizo tu pareja?
Regala tu ausencia a quien no valora tu presencia.
Oscar Wilde
Tu ex sigue vivo/a en ti
Una vez que la ruptura se ha consumado y aunque tengas claro que no te quiere y que no quiere estar contigo, tu mente y el resto de tu cuerpo sigues sintiéndolo muy cerca de ti. No logras sacártelo de la cabeza ni del corazón. Piensas constante mente en él o ella. Ha sido una parte muy importante de tu vida y es normal que sea difícil dejar de pensar en tu ex. Pero también es posible que creas que si sigues pensando en tu ex volverá y que si dejas de hacerlo lo habrás perdido para siempre. Ambas ideas son historias que te cuentas sin ningún fundamento. Si tienes claro que no te quiere ningún acto mágico ni de pensamiento obsesivo lo volverá a tu vida.
Tanto si las imágenes de tu ex acosan tu mente como si cualquier cosa que hagas o veas te recuerda a tu ex es bueno que dejes de hacerlo pues solo hace mantener viva una esperanza que es fantasía y no permites finalizar el duelo. Así que si esos pensamientos o imágenes aparecen trata de distraerte en ese momento con otra cosa.
Por ejemplo, ponte a ver una película, leer un libro, llama a alguien por teléfono o haz ejercicio. Lo que sea para detener esa cascada de imágenes contraproducentes. También puedes enfocarte en las cosas que tienes en este momento, en lo que estás haciendo, aprecia lo bueno que hay en este instante. Cada momento que dejas de pensar en tu ex es un tiempo ganado a tu vida y a tu salud mental y emocional.
Es bueno también que tengas cerca a alguien de confianza con quien puedas compartir tus momentos anímicos abiertamente y contactes con él o ella en esos momentos en que te resulte difícil deshacerte de esos pensamientos.
Observa esos pensamientos como atraviesan tu mente, no les de fuerza con tu atención, no permitas que te enreden con otros pensamientos y recuerdo. Cuando te des cuenta que estás pensando en tu ex toma nota mental y ponte a hacer algo distinto. O toma conciencia de las sensaciones corporales que aparecen cuando surgen esos pensamientos. No permitas que tu atención vaya a tu mente. Mantente presente y con la atención en lo que estás haciendo.
También es muy positivo que dejas de ir a sitios y realizar actividades que te recuerden a tu ex. Al menos durante un tiempo. Así evitarás esos pensamientos nostálgicos que tanto dolor te pueden causar. Así que nada de música que te recuerde a tu ex, ni ver antiguas fotos, ni hablar de tu ex con otras personas. Rompe cualquier tipo de vínculo hasta que el duelo sea completado.
Resiste los impulsos a llamarlo/a, a querer recuperar algo que ya no existe. Refrena el impulso, detente unos minutos. Siente las sensaciones de tu cuerpo, quédate ahí. Cada minuto que resistas el impulso es una pequeña victoria. Estás aumentando tu autocontrol y tu autoestima.
También puedes utilizar la imaginación, pero de manera productiva. Imagínate que estás resistiendo todos las tentaciones de ponerte en contacto con tu ex, que te sientes fuerte y dueño/a de ti mismo/a, que te estás comportando de manera madura y digna, que ya no te duele tanto y que tienes de nuevo el control de tu vida.
¿Qué sientes cuando te imaginas que resiste cualquier impulso de hablar con tu expareja? ¿Pues verte manteniéndote firme ante la tentación y digno/a ante el dolor?
No ser amados es una simple desventura, la verdadera desgracia es no amar. Albert Camus
Autorespeto y dignidad
Ante que pareja eres un ser humano, valioso y digno de ser respetado/a. Así que si tu pareja te deja y te dice que no te quiere eso no significa que seas alguien indigno/a y poco valioso/a. No necesitas el amor ni la aprobación de nadie para ser alguien valioso. La ruptura duele y mucho, pero en el fondo duele mucho más si empiezas a hacer cosas y a tener pensamientos que puedas destruir esa dignidad.
La imagen que puedas tener de ti en estos momentos no es tu verdadero ser. No eres eso. Eres mucho más aunque en estos momentos no lo veas. Un estado de ánimo bajo, te hace tener pensamientos muy negativos de ti y eso conforma una imagen de ti aún peor.
Así que nada de humillarte para tratar que vuelva contigo. Pues estás perdiendo valor a ojos de la otra persona y ante ti mismo/a. Y es lo peor que puedes hacer.
Nada de suplicar, ni llorar, ni arrodillarte. Si no te quiere, no te volverá a querer suplicando, llorando y haciendo cosas que degraden tu imagen como ser humano. Y después con el paso del tiempo seguro que te avergonzará. Estas acciones más que regenerar el amor perdido producirán en tu expareja incomodidad, culpabilidad o, peor aún, desprecio.
Eres una persona valiosa y digna, que no necesita el amor ni la aprobación de los demás para sentirse bien consigo mismo/a. Da igual que estés solo/a o acompañado/a.
El duelo por la ruptura y dignidad no son incompatibles. Así que trátate bien, con respeto y asumiendo que eres una persona valiosa y digna de ser amado/a a pesar de que una persona ya no te quiera. Mereces estar al lado de alguien que te quiera y respete. Y si ya no te quiere, no te merece, así que a pesar del dolor, déjalo/a ir.
Tal vez tu pareja te ha tratado mal, no te ha valorado, tú te lo has creído y piensas que no eres alguien querible y que mereces rebajarte y humillarte pues nadie va a querer estar contigo así que haces todo lo posible, por indigno que sea, para mantener a esa pareja a tu lado, pues él o ella sí ha estado contigo y si no te ha querido demasiado al menos te ha soportado.
Esta serie de creencias y de la imagen que te has hecho de ti mismo/a es falsa y puede ser muy perjudicial para tu vida. Eres valioso/a a pesar de que la otra persona no lo viera. A pesar de que te haya dicho que ya no te quiere y no quiere estar contigo. No pierdes nada de valor a pesar de ello. Eres digno/a de ser amado/a y mereces tener a tu lado a alguien que lo haga. Si no es tu ex será otra persona.
La humillación y la sumisión a la otra persona no es muestra de amor sino falta de autorespeto y amor propio. Cuanto más te humilles más baja autoestima tendrás y tampoco conseguirás el amor de la otra persona sino su desprecio.
¿Qué crees que consigues humillándote? ¿Qué opinión tienes de ti tras haberlo hecho? ¿Crees que puedes recuperar el amor de la otra persona a través de la sumisión y el autodesprecio?
Tú no puedes amar a alguien que no te ama, o que no se interesa en ti. El amor verdadero es recíproco. Recibes tanto como das.
Erich Fromm
Un baño de realidad
Asumir y aceptar que tu ex ya no te quiere y que ya no forma parte de tu vida no es fácil, pero es la manera de superar el duelo y de comenzar una nueva vida. Deja de engañarte, de ilusionarte con que tarde o temprano volverá a ti, de que “sabes” que te ama a pesar de que te haya dicho que no lo hace. No intentes leer su mente ni sus “verdaderas” intenciones ocultas. Si te ha dicho que no te quiere y que desea romper lo tiene claro y tú debes asumirlo lo antes posible para comenzar de nuevo. Si ya no te quiere, suponer que en un futuro volverá a amarte es una ilusión que te puede hacer mucho daño y evitar pasar el duelo.
También es interesante que analices lo más objetivamente posible lo que has perdido. Piensa en las cualidades que te gustaría que tuviera tu pareja ideal y anótalas. ¿Cuál de estas cualidades tenía tu pareja? ¿Era afectuosa, amorosa, fiel, generosa, familiar, comprensivo/a…?
Ahora analiza cómo te gustaría que fuera tu relación ideal. Y compárala con el tipo de relación que tenías. ¿Se ajustaba a ese ideal o se alejaba mucho? Sinceramente, pregúntate cómo de satisfecho/a estabas con tu relación. ¿Crees que te mereces algo mejor? Si es así, esta ruptura es la oportunidad para cimentar una nueva vida y una mejor relación en el futuro. Porque posiblemente tu ex te quiso, pero y ¿si puedes conseguir una relación con otra persona que te quiera mejor?
Que una ruptura y una mala experiencia no te haga creer que no eres digno/a de amor y que no te mereces una relación más plena. No te conformes con menos, no pienses que no puedes aspirar a más ni que no te mereces más.
Es el momento de empezar de nuevo. Ahora una vez superado esta dolorosa ruptura, eres más maduro/a, más sabio/a, puedes decidir que quieres y que no quieres en tu relación de una manera más firme. Has superado el dolor del desamor. Eres más fuerte y tienes mayor confianza. Utilízalo para mejorar tu vida y para exigir más en tu nueva relación. Y si no es así, a no aceptar cualquier cosa por despecho, desesperación o miedo a la soledad.
Pero también tienes que tener cuidado con tratar de “sustituir” a tu ex por otra persona rápidamente. Pregúntate si realmente sientes atracción por esa persona. Cuidado si empiezas a salir con un antiguo amor o con el amigo/a de tu ex. Toma conciencia si hay atracción o desesperación o ganas de hacer daño. Hasta que no hayas pasado el duelo completamente y te hayas desvinculado afectivamente de tu ex no estarás preparado/a para iniciar una nueva relación. Hacerlo demasiado pronto puede acarrearte más problemas que soluciones.
¿Crees sinceramente que te mereces una relación mejor de la que tenías? ¿Cubría todas tus necesidades? ¿Te resignaste?
La felicidad es como una mariposa. Cuanto más la persigues, más huye. Pero si vuelves la atención hacia otras cosas, ella viene y suavemente se posa en tu hombro.
Victor Frankl
Camino a la libertad
Una vez que hayas aceptado completamente la ruptura, que haya dejado de dolerte tanto al pensar en ello, una vez que te hayas cansado de sufrir y de esperar a que vuelva es momento de empezar a crear una vida mejor.
Es momento de construir un nuevo proyecto vital. Empieza a recordar qué objetivos tenías, qué te gustaba hacer pero lo dejaste al comenzar la relación, qué proyectos te gustaría comenzar pero al tener pareja te lo impedía, qué actividades y hobbies te apetecen realizar, qué cosas te gustaba comer pero no comías porque a tu ex no le gustaba, qué te gustaba hacer y no hacías porque a tu ex no le apetecía.
Pues ahora es momento de hacer todo aquello que no hiciste. Es momento de reinventarte. De comenzar a hacer todas las cosas que te apetezcan, en compañía o en soledad. En muchos casos una pérdida te devuelve la identidad que se fue diluyendo en la relación.
Disfruta de ti y de tu tiempo, tú decides que hacer con tu vida. No tienes que preguntar a nadie por lo que le apetece hacer o no. ¿Pregúntatelo a ti? ¿Qué quieres? Explora tu vida.
Una vez alcanzada la libertad emocional no necesitas que nadie te quiera para estar bien, no necesitas tener al lado a nadie que te acompañe a hacer cosas, no necesitar preguntar a otra persona qué le apetece hacer. Bien entendida, esa libertad y esa autonomía es un regalo de la vida. Es un momento para crecer como ser humano y cambiar tu vida para bien. Recuerda que te han roto el corazón, pero no tu cuerpo ni tu cerebro. Puedes hacer muchas cosas. Eres mucho más que la pareja de alguien.
También es importante que no te cierres al amor, que no te vuelvas cínico/a por las relaciones de pareja. Que no te pongas una coraza ante los demás. Es normal que pase al principio, pero con el tiempo el cuerpo te irá indicando cuando estás preparado/a. Disfruta del momento con todo lo bueno que tiene.
Trata de perdonarte a ti y a tu ex. Sois seres humanos que cometen errores. Trata de comprender a tu ex, pero no le justifiques lo malo que haya podido hacer. Reconoce que a tí también te podría haber pasado el dejar de querer a alguien, incluso es posible que te haya pasado en otro tiempo. Si te es posible agradece todo lo bueno vivido y perdona todo lo malo. Eso te ayudará a pasar página de una manera más limpia, sin amarguras ni rencores que solo te perjudicarán a ti.
La mejor «venganza» y la mayor victoria es ser feliz.
Por dura que haya sido la experiencia, por costoso que haya resultado el error, siempre es posible volver a empezar.
Jorge Bucay
En resumen
Eres una persona valiosa tal como eres y digna de ser amado/a. Aprecia todo lo bueno que hay en tu vida y todas las personas que te quieren. Imagina cuántas personas estarían felices de formar parte de tu vida. Así que ámate, respétate, perdónate y vive digna y creativamente tu vida. Respeta la decisión de la otra persona, y recuerda que mereces tener a tu lado a alguien que te quiera pues si una ruptura es dolorosa estar con alguien que no te merece es mucho peor.
Si te ha sido de utilidad este artículo compártelo. Y si quieres que profundicemos en tu situación te ofrezco realizar una sesión exploratoria gratuita para que me cuentes en detalle tu caso. Sin compromiso alguno. Muchas gracias.