Te amo para amarte y no para ser amado, puesto que nada me place tanto como verte a ti feliz.
George Sand
El enamoramiento es un momento luminoso y pleno en nuestras vidas. Nuestra pareja lo llena todo, no podemos dejar pensar en él o ella, contamos los minutos para estar junto a la otra persona de nuevo y lo idealizamos considerándolo/a como la persona más maravillosa del mundo. Generamos en nuestra mente una serie de expectativas sobre lo que será nuestra vida junto a esa persona y nuestro corazón se estremece de gozo y alegría.
Pero este placer te ha venido dado sin esfuerzo alguno. Conoces a alguien, empiezas a sentir algo y surge la chispa. No lo has provocado a través de tu voluntad y esfuerzo, y tampoco te hecho crecer ni desarrollarte como ser humano ni aprender nada. Has llegado, como por arte de magia, a un momento de felicidad plena y sólo aspiras a que todo siga igual para siempre.
No obstante, este incendio que se ha producido dentro de ti y que es maravilloso se acabará apagando. Aunque creas que siempre será así y que al ser la persona de tu vida ya no hay que hacer nada más sino simplemente disfrutar del amor para siempre, antes o después te darás cuenta que no es así.
Si deseas mantener esa relación viva tendréis que trabajar para hacerlo posible. Es cuando puede surgir un amor más maduro y valioso, donde la emoción se mezclará con la razón y la consciencia. Es un estado donde tu voluntad, disciplina y trabajo sí tienen mucho que decir.
Este amor sí produce un crecimiento y desarrollo personal en la pareja. Hay una comprensión más profunda del ser humano y de lo que es una relación. Pero este amor de mejor calidad solo puede comenzar cuando el enamoramiento finaliza. Así que el fin del enamoramiento no tiene que significar el fin de la relación sino la oportunidad para una relación más profunda, madura y rica. El verdadero amor libera y ayuda a desarrollar el potencial interior, no hipnotiza y entumece la razón.
Una de las mayores necesidades que tenemos es la de sentirnos amados y apreciados. Así que es fundamental que en una relación ambos os sintáis amados, respetados y comprendidos. Pero, ¿cómo podemos llenar esta necesidad de sentirnos amados durante una relación?
Índice de contenido
1. Expresando amor.
Cada acción, cada palabra o cada gesto es una oportunidad para expresar amor a tu pareja. Aunque no todos nos sentimos amados de la misma forma. Tienes que descubrir que cosas son las que hace sentirse más amado/a a tu pareja y ofrecérsela regularmente. Pues es posible que estés ofreciendo tu amor de una manera que no le llega y esto te haga sentirte frustrado/a a ti y poco amado/a a tu pareja. Por lo que te sugiero que enfoques tus energías y amor en lo que sí le llegará y valorará más.
Pregúntate: “¿Qué cosas hacen que se sienta más amado/a tu pareja?”
Aquí te dejo algunas ideas:
–Palabras de afecto
Para muchas personas las palabras pueden ser una gran fuente de amor y las hace sentirse realmente amado/as. Así que si tu pareja es una de ellas haz cumplidos o expresa palabras de aprecio frecuentemente. Palabras de ánimo para mostrar que crees en él o ella y en sus capacidades, que confías en tu pareja para realizar cualquier labor (comprende y después apoya). Usa palabras amables, omite faltas pasadas, críticas y reproches.
Perdona a tu compañero/a por los errores que comete; todos lo hacemos. Libérate de los errores del ayer y comienza cada día de nuevo. Expresa tu sentir y el daño que te haya podido hacer con bondad, pero sin reproches ni criticas. Permítele/a que conozca y comprenda como te sientes por sus acciones, pero no lo/la juzgues.
También es importante que hagas peticiones de tus deseos y necesidades, pero que estas sean guías de cómo te gustaría que te expresara su amor; nunca exigencias. No tiene por qué adivinarlas. Porque cuando cumples las exigencias y demandas que te han hecho no estás expresando amor sino que lo estás haciendo desde el miedo o la culpa y es posible que no lo hagas con la mejor actitud posible.
Habla bien de tu pareja cuando no esté presente. Nunca lo/la critiques, juzgues, menosprecies o corrijas en público. Apóyalo/a siempre, que sepa que es lo más importante para ti. Elogia las cosas que te gustan de él o ella y agradécele/a todo lo que hacer por ti cada día.
–Tiempo para compartir de calidad
Algunas personas lo que más valoran son el tiempo que pasan junto a sus parejas. Así que si este es el caso préstale atención, que sienta que es lo más importante de tu vida en cada momento que estáis junto. Empatiza, compréndelo/la, hazle preguntas sobre el tema que estéis hablando para comprender mejor, conversa con tu pareja para que exprese sus miedo, dudas, preocupaciones y problemas. Hazle/a que se sienta escuchado/a y comprendido/a, sin tratar de dar soluciones, analizar ni restar importancia ni minimizar sus motivos y emociones.
Descubre sus pensamientos y sentimientos más profundos. Ofrécete para hacer cosas que a tu pareja le gusten y mantén en todo momento una buena actitud. Que tu pareja sienta que eso que estáis haciendo lo hacéis por él o por ella y que a pesar de que a ti no te guste demasiado lo haces con agrado porque sabes que le complacerá.
Pregúntale regularmente qué le apetece hacer y hazlo con buena actitud y buena cara. Por ejemplo: asistir a eventos sociales, entretenimientos, conversar sobre temas difíciles o visita a sus padres. Es una gran oportunidad para expresar amor a tu pareja, no lo veas como tiempo perdido haciendo cosas que no te gustan. Toma consciencia que haces eso para que tu pareja se sienta amado/a no para evitar que te critique o reproche cosas, de ahí la importancia de hacerlo con una actitud positiva.
Cuando estéis hablando que tu objetivo principal sea entender sus pensamientos y sentimientos no defenderte de ellos, cuestionarlos o ni darle la razón. Tampoco juzgues, critiques ni invalides sus sentimientos aunque para ti resulten exagerados o erróneos. No es el momento de añadir tu interpretación, burlas, puntos de vistas y posibles soluciones. Comprende y apoya.
También puedes tomar consciencia de los sentimientos difíciles que hayas podido tener durante el día y exprésalos durante la charla con tu pareja. Si esto no va mucho con tu personalidad, haz el esfuerzo en abrirte con vulnerabilidad y poco a poco. Tu pareja apreciará el esfuerzo pues sabrá que no te es natural. Le estás dando la oportunidad para que te conozca, apoye y ame mejor. Así que pierde el miedo a ser criticado/a o rechazado/a.
Sería bueno que establecierais un tiempo mínimo diario para compartir esas experiencias y cómo os habéis sentido durante el día. Y que mantuvieras contacto visual y completa atención mientras os comunicáis; así que no hagáis otra cosa a la vez, como ver la televisión ni juguetear con el móvil.
–Hazle la vida más fácil y agradable
Haz cosas que le gustan a tu pareja o que necesite. Y si se hacen con actitud positiva serán una expresión de amor. Pueden ser labores domésticas, de cuidado de los hijos, recados o lo que sea. En definitiva, expresar amor por tu pareja haciéndole la vida más fácil y librándole/a de cargas y tareas. Trata de complacer a tu compañero/a todo lo que puedas y toma consciencia de todo lo que hace para complacerte a ti.
Si estas acciones se hacen tras críticas, demandas o exigencias no se da la oportunidad a expresar amor, pues se realizan por miedo a las represarías y puede que con mala actitud al sentirte obligado. En este caso no hay expresión de amor. Por eso se deberían hacer libremente porque a nadie le gusta sentirse forzado a hacer nada, y si lo haces la actitud ya no será la misma. Además estas demandas están impidiendo a la otra persona expresar su amor por ti, cosa que no ocurriría si hubiera sido una petición o un ruego. Por ejemplo: “¿Querrías hacer la cena? estoy muy cansado/a”.
No obstante, puedes hacer también una lectura positiva a las críticas y exigencias pues te están mostrando lo que es importante para tu pareja y donde hay necesidad. Puedes prestar atención y poner más energía en esas actividades más habitualmente. Pregúntale: “¿Es esto importante para ti? ¿Por qué?”.
Por otra parte, no trates de manipular a través de la culpa. Expresa tus deseos y necesidades y el por qué son importante para ti. Si tu pareja te quiere le dará mayor importancia a partir de ese momento.
¿Sientes amor hacia tu pareja cuando te sientes cuidado/a, apoyado/a y atendido/a?
–Ofrécele regalos
Los regalos pueden ser unos símbolos visuales de amor muy importantes para algunas personas, muestran que pensabas en la otra persona cuando lo viste o lo hiciste. No tienen que ser ni muy caros ni muy elaborados, pero sí frecuentemente si es lo que le gusta a tu pareja. ¿Cómo te sientes cuando sabes que tu pareja piensa en ti frecuentemente cuando no estáis junto? Pues un detalle es un recordatorio visual de ello.
Puedes regalar también presencia. Ya que, por ejemplo, la presencia física cuando tu pareja te necesita es una gran expresión de amor pues muestra cuidado, interés y apoyo. Además ejercitarás el placer de dar amor y ofrecer ayuda.
–Contacto físico
Para algunas personas las caricias, los besos, los abrazos y el sexo son la mayor fuente de amor que pueden expresarle. Así que ten en cuenta que la retirada de contacto físico o sexual puede interpretarse como que no es realmente amado/a o deseado/a. Por lo que sería muy importante en estos casos hablar sobre ello para evitar interpretaciones erróneas y sufrimiento innecesario.
Pero el sexo sería solo una parte, si a tu pareja le es muy importante el contacto físico no cuesta nada acariciar o dar un abrazo regularmente. A veces en momentos difíciles nada reconforta más que un abrazo o un gesto cariñoso. Un gesto que haga sentirse amado/a y que estáis juntos, incluso en medio de una vida muy atareada.
Además, cuando una persona se siente amada y valorada para su pareja le es más fácil cubrir las necesidades del otro de manera natural. Así que si consigues que tu pareja se sienta amada/o, apreciada/o y admirada/o es más probable que aumente su deseo de intimidad física.
¿Tienes dudas sobre la manera en que tu pareja o tu mismo/a os sentís más amado/a?
Hazte las siguientes preguntas:
-¿Qué es lo que hace sentirte más amado/a por tu pareja? ¿Qué es lo que más deseas sobre todas las cosas?
-¿Qué es lo que le pides o demandas más a tu pareja? ¿Cómo sueles expresar amor a tu pareja? Esa puede ser tu manera de amar, lo que quieres que te haga a ti.
-¿Qué hace tu pareja para que te sientas amado/a? ¿Qué es lo que más te pide/exige/demanda tu pareja? Pues ahí hay una pista de lo que le gustaría recibir.
Puedes preguntárselo también directamente:” ¿Qué podría hacer para que te sintieras amado/a? ¿Cómo podría mejorar la relación?
Por último, hazle peticiones a tu pareja y si no las realiza siga expresando amor, no critique ni reproche. Y agradezca lo que sí hace por ti y vea lo que sucede.
Si percibes las necesidades de su compañero/a y las satisface de alguna manera, puedes dar un enorme impulso a la relación al mostrarle que realmente te preocupas.
Amar es dar, no recibir.
Al dar experimentas lo mejor de tu ser. Pero si este amor no produce amor, entonces es impotente y la relación se deteriora. De ahí la importancia de expresar tu amor de la manera que más le llegue a tu pareja mientras tú puedes solicitar lo mismo.
Pero al dar no busques comprar o forzar el amor de la otra persona. Ten en mente el ejemplo del cuidado de una planta, a la que no puedes forzar su crecimiento sino que sencillamente pones las condiciones adecuadas y esperas a que florezca y si no lo hace no sigues echando más agua y abono sin medida exigiéndola que crezca.
Amar a alguien te permite desarrollar tu capacidad de amar
De ahí que es más importante amar que ser amado/a. Con la ayuda de la otra persona expresas amor. A través de tu pareja amas también al mundo y a ti mismo/a. Porque el otro se convierte en un espejo de ti mismo pues amas lo que reconoces de ti en la otra persona o lo que te gustaría ser. Así, al entregarte en una relación te conocerás y comprenderás mejor a ti mismo.
Prácticamente todo lo que hacemos o decimos es una expresión de amor o una petición de amor.
El verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro para que sea quien es.
Jorge Bucay
2. Fortalece el vínculo.
Uno de los grandes problemas de la parejas con el tiempo es el alejamiento el uno del otro. Lo que durante el periodo de enamoramiento erais uno, ahora sois dos y puede que cada vez más alejados. La rutina, las infinitas obligaciones, el trabajo o los hijos pueden hacer que os alejéis, que vuestra atención se distribuya a mil cosas menos a la más importante.
Así que te dejo unas sugerencias para fortalecer el vínculo:
–Promover la amistad y el compañerismo.
La complicidad en la relación es fundamental para que esta sea armoniosa. Así que es bueno vivir en sintonía con el otro, el reírse junto y el jugar. Conectar con vuestros niños interiores y comunicaros desde ahí, de manera pícara, divertida y juguetona. Eso liberará mucho el estrés de vuestra vida diaria.
Ser conscientes de lo que hace tu pareja y tener una reacción acorde y compenetrada. Sois un equipo y vuestro/a compañero/a tiene que estar por encima de todo. Que sienta que es tu prioridad por delante de cualquier otra persona o cosa.
Apóyalo/a y defiéndelo/a siempre.
–Escucha, conoce y comprende a tu pareja lo mejor que puedas
Cuando te esté contando algo mantente atento/a completamente a lo que te está diciendo, a sus emociones y a su postura corporal. Y procura actualizar la información que te da constantemente. Recuerda siempre la información más relevante que te va transmitiendo para que en otro momento puedas conectar con la información pasada. Ten presente sus deseos, preocupaciones, creencias, miedos y sueños. Conocer y comprender es amar mejor.
Tienes que conocer y comprender el contexto y mundo interior de tu compañero/a. Todos tenemos heridas del pasado y lo hacemos lo mejor que podemos. Verlo/a tal como es, sin proyectar ideales y acepta lo bueno y malo que tenga. Y sobre todo, no tratar de cambiar ni juzgar a la otra persona. Toma consciencia de sus puntos vulnerables y donde puede ser más sensible (señales de heridas pasadas) y evitar tocar esa zona para evitar conflictos.
–Cultiva la admiración
Mantente en contacto con los sentimientos positivos hacia el otro la mayor cantidad de tiempo posible. Valora y aprecia lo bueno que tiene y hace en el día a día y todo lo que te aporta en tu vida. No des nada por sentado. No te fijes sólo en lo negativo, presta atención a lo mucho que aporta en tu vida y en las grandes cualidades que tiene. Date cuenta de sus principales cualidades que no te pasan desapercibidas. Da valor a lo que ha crecido como ser humano, a lo que te ha enseñado y a los valores que expresa a diario.
–Acércate a tu pareja
Promueve la intimidad. Crea el hábito de preguntarle/a diariamente: cómo se encuentra emocionalmente, si tiene algún problema en el trabajo o si hay algo que le preocupe. Trata de escucharlo/a, ayudarlo/a y apoyarlo/a. Sería bueno que conocieras los eventos más importantes del día de tu pareja. Y que al final del mismo comentéis como han ido e intentéis que vuestras conversaciones ayuden a mitigar el estrés ocasionado y a relajaros.
Empatiza y trata de comprender que preocupaciones tienes, que le ilusiona o que cosas le está costando afrontar.
Muéstrate tal como eres expresando tu yo real. La vulnerabilidad es la base de la intimidad. Da la oportunidad a la otra persona que ame a tu yo real, no a una imagen ficticia. Arriésgate a ser auténtico/a. La verdad es la clave en toda relación.
–Déjate amar y recibir amor.
Tienes que permitir que la otra persona te ame, te descubra y te comprenda. Para ello tienes que abrirte de la manera más honesta posible. Puede que te de miedo el mostrar tus miedos, inseguridades y debilidades, pero es la manera que te vea y te cuide mejor. Además esa vulnerabilidad gustará a tu pareja pues le mostrarás que confía en ella. Comunica tus necesidades, deseos y anhelos con franqueza confiando en tu pareja.
–Compartir el poder con tu pareja.
Aprende a ceder. No luches por tener razón o por quedar por encima en la discusión. Busca qué es mejor para la pareja y la relación no para ti, no dominar. Comprende cuál es el problema subyacente en cada discusión que podáis tener. Nadie tiene la verdad absoluta, siempre hay dos verdades subjetivas.
Verifica la interpretación que haces de todo lo que dice y hace tu pareja. Que los malentendidos no te haga crear una imagen distorsionada de tu pareja y esta haga alejaros.
–Ayudar a que tu pareja realice sus sueños en la vida.
Respeta y apoya los sueños de tu pareja. Ayúdale/a a crecer y mejorar. Respeta y apoya los planes y proyectos que quiera realizar y sobre el sentido que le quiera dar a su vida. Utilizad la relación para crecer juntos. Y forma parte de ellos si te es posible. Ayúdale/a a que sea feliz y a que se realice.
–Lealtad y fidelidad.
Antepón los intereses de tu pareja a los de cualquier otro. Defenderlo/a siempre de los demás. Nunca lo/la critiques en público. Sé siempre un aliado no un juez. La neutralidad en muchas ocasiones puede ser considerada como una deslealtad, por ejemplo cuando tu pareja y tu madre tienen opiniones diferentes y te piden que des tu punto de vista.
Y di siempre la verdad pues es muestra de respeto y confianza.
–El vínculo sano no esclaviza sino que libera.
No es tratar a que se ajuste a tu ideal de lo que debería ser una pareja. El cubrir las necesidades y deseos de tu pareja tiene que ser una expresión de tu amor por él o ella y no tienen que estar basado en el miedo, la culpa o la manipulación.
Deja que tu compañero/a sea lo más independiente y auténtico/a posible. Igual que deberías hacer tú. Tampoco es control desmedido ni apego irracional. Un vínculo fuerte y honesto genera confianza y seguridad, y estas promueven una mayor libertad para ti y para tu pareja.
Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender.
Francoise Sagan
3.Mantén una imagen positiva de tu pareja.
Es posible que la imagen idealizada creada durante el periodo de enamoramiento con el tiempo se haya transformado en una más negativa o, al menos, más real. Esto es debido en muchos casos a la decepción que se ha ido produciendo por esas expectativas incumplidas.
También es probable que se hayan ido acumulando una serie de interpretaciones erróneas, malentendidos e inferencias de intenciones negativas a la largo del tiempo. Todo esto puede haber producido una imagen negativa de tu pareja que dificultará enormemente la relación.
Te muestro una serie de ideas para evitar que eso te pase.
–Acepta las cosas que no te gustan de tu pareja.
Hazlo con cariño y respeto. Comprende las diferencias entre ambos, aceptarlas y aprende a vivir con ellas respetándose el uno al otro. Hay muchos desacuerdos que no tendrán una solución fácil porque están basados en diferencias de valores, estilo de vida y personalidad. Así la importancia de elegir a alguien que comparta muchas de ellas desde un principio para no tener que luchar después. Acepta sin crítica, trata de comprender más que juzgar, y sobre todo, perdona. No te convierta en juez de su pareja.
Habrá una serie de hábitos y costumbres adquiridos durante la vida que van a ser complicados de eliminar de la noche a la mañana por muy buena intención que tengáis. Valora la intención más que los resultados. Desapégate de la creencia: “Si realmente me quisiera cambiaría”.
–Ve con objetividad
Supera tu propio narcisismo. Ve la realidad, no la imagen que te haces de tu pareja o de lo que te gustaría que fuera. No trates que la otra persona se ajuste a la manera en que tú entiendes el amor y la relación. Tampoco exijas que te ame de la manera que tú quieres que lo hagan, aunque si puedes guiar y proponer.
En muchas ocasiones amamos de manera diferentes y lo que es muy importante para ti puede que no lo sea para la otra persona y al contrario. De poco sirve darlo todo si la otra persona siente que no está recibiendo lo que realmente le gustaría. De ahí que la comunicación es fundamental para evitar malentendidos y esfuerzos innecesarios.
Y aunque sea maravilloso que tu pareja cubra todas tus necesidades y deseos sin que se lo pidas, no siempre estará tal clarividente. Expresa lo que necesites cuando sea necesario y agradécelo igualmente cuando sean satisfechas. Desapégate de la creencia: “Si realmente se preocupara por mí no tendría que decirle lo que necesito”.
Es bueno que comprendas que al ser una persona diferente se manejará en una relación de manera distinta a ti. Así que en lugar de criticar y rechazar su singularidad apréciala. Esa diferencia puede enriquecer la relación y hacer conocer mejor a tu compañero/a.
No te quedes con el juicio que le has hecho, aunque sea mentalmente, por algo que dijo o hizo que no te gustó. Tu pareja es mucho más que esa etiqueta. Así que cuando tomes consciencia de esa crítica que has hecho de forma generalizada haz el ejercicio de recordar otras acciones en que hizo todo lo contrario y cuestiona así la veracidad de esa etiqueta. Por ejemplo, si has tenido el pensamiento que tu pareja es egoísta, trata de recordar otros momentos en que fue generoso/a y que claramente contradigan esa afirmación inicial.
–Nadie es perfecto
Todos tenemos días en los que nos será más difícil ser atentos, comprensivos, generosos o cariñosos. Nuestra vida diaria y el estrés que conlleva nos influyen de manera determinante en nuestro estado de ánimo. Así que si hay momentos en que tu pareja no se comporta de la manera que te gustaría que lo hiciera trata de comprender más que criticar, sugerir más que exigir y perdonar más que culpar. En otro momento podréis hablar de lo sucedido de manera sincera y abierta. Pero hablarlo, no lo dejéis pasar.
Si estás invadido/a por la preocupación o la euforia te será más difícil empatizar con tu pareja y detectar sus necesidades. En esos momentos somos menos conscientes. Aunque eso no nos hace merecer la etiqueta de egoístas o insensibles.
Tratad de aclarar todas las interpretaciones erróneas y malentendidos que se puedan producir. No inferir malas intenciones en las acciones o palabras de tu pareja. Las motivaciones de sus acciones suelen ser más inocuas de las que sueles imaginar.
Si te enfadas tu mente tenderá a encontrar justificaciones a ese enfado a través de la conducta del otro cuando en muchos casos es tu interpretación la que lo ha provocado. Por ejemplo: Si tu pareja no ha comprar lo que le dijiste es probablemente porque estaba preocupado con un problema en el trabajo y se le olvidó y no porque no le importes.
Somos orgullosos, sensibles y estamos a la defensiva pues todos tenemos heridas del pasado que tendemos a proteger. Se consciente de las tuyas y las de tu pareja y así evitareis tocar puntos dolorosos que pueden producir malestar y enfados.
Por último, me gustaría comentarte que aunque no somos perfectos tampoco somos un desastre total. Procura que una cosa mala no borre todas las cosas buenas que hay. Por lo que te recomiendo que hagáis una lista de cosas que hizo tu pareja y que te gustaron y complacieron. Si hacéis es ejercicio diariamente veréis como se producirá un cambio importante en no demasiado tiempo.
¿Qué hace tu pareja por ti cada día? ¿Qué virtudes y cualidades tiene tu pareja?
Hacerte consciente de todo lo bueno que hace tu pareja y lo valioso/a que es evitará que vayas creando una imagen negativa de tu compañero/a y que esto perjudique vuestra relación.
No ser amados es una simple desventura, la verdadera desgracia es no amar.
Albert Camus
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Muchas gracias.