Cómo liberarte emocionalmente de tu ex

Una idea obsesiva siempre parece una gran idea, no por ser grande, sino porque llena todo el cerebro.

Jacinto Benavente

Una vez que tu relación ha terminado, que tu pareja te ha dejado, que te ha dicho que ya no te quiere y no desea estar a tu lado se produce un gran dolor. Sobre todo si sigues queriéndolo. Aparece un impulso a tener a esa persona cerca y hacer cosas con ella, pero de repente, ya no está a tu lado y no puedes. Es posible que esto te produzca un enorme vacío y  desesperación.

Alguien que era posiblemente el centro de tu vida ha dejado de serlo. Gran parte de las cosas que hacías a diario y de tus pensamientos estaban relacionados con esa persona y ahora ya no está. Aunque en tu mente y corazón siga muy vivo.

Todo esto te cuesta aceptarlo y asimilarlo. Te han despojado de parte de tu vida. Y es natural el dolor y echarlo/a de menos. Pero a veces esta situación y el sufrimiento consecuente se prolongan de manera innecesaria. Y esto suele ocurrir cuando hay dependencia emocional.

Es posible que junto al amor que pudieras sentir por tu pareja se haya colado una cierta adicción psicológica o un apego emocional que trataba de eludir algunos de tus mayores temores.

A grandes rasgos podríamos decir que si hay apego emocional hay miedo y detrás del miedo suele haber algún tipo de incapacidad o sentimientos de insuficiencia. También es posible que esa persona a la que amas la estés utilizando inconscientemente como instrumento para evitar algo o para que te proporcione alguna cosa. Y cuando te deja, además del dolor de la pérdida, puede aparecer el miedo a tener que afrontar aquello que tanto temías.

Algunos expertos indican que si hay dependencia emocional hay miedo, y que si hay miedo no hay amor. Pues el amar no necesita ni teme. Y que amar a otra persona es no utilizarla como instrumento.

Veamos unos cuantos motivos que pueden provocar el apego emocional:

Miedo a la soledad. A veces te apegas a tu pareja porque tienes miedo a quedarte solo/a y te aferras con todas tus fuerzas a tu ex. No quieres que te abandone porque crees que no podrás afrontar esa soledad. Sientes que tu vida se volverá vacía y que no podrás soportarlo.

Baja autoestima. Si tienes poca confianza en ti mismo/a y te ves insuficiente también tratarás de retener a tu ex por todos los medios pues tienes miedo de no poder encontrar a otra persona que quiera estar contigo.

Miedo a sufrir. Tienes miedo a sentirte mal, a las sensaciones desagradables, a las perturbaciones, a los cambios que se producirán en tu vida, a la incertidumbre, a la mirada de los demás o a sentirte un/a fracasado/a.

Apego a la seguridad y protección que te daba tu ex. Sientes que al dejarte te encontrarás desamparado/a. Tienes poca confianza en que podrás afrontar las situaciones de la vida por ti mismo/a. Al tener a tu ex a tu lado te sentías más seguro/a a la hora de afrontar los retos de la vida y ahora tendrás que hacerlo tu mismo/a. Además tenías una vida más predecible y rutinaria que te daba sensación de control.

Apego al bienestar y satisfacción. Tu pareja te proporcionaba compañía, mimos, placer, estabas a gusto y tranquilo/a con él o ella. Te sentías cuidado/a y escuchado/a. Tal vez incluso había una cierta adicción a las sensaciones placenteras.

Apego sentirse amado/a. Hay miedo a la carencia afectiva. A ese cariño, afecto y amor que te proporcionaba y que ya ha dejado de hacerlo. Alguien te amaba y te sentías importante a ojos de esa persona.

Así que es natural el aferrarte a quien te proporcionaba algunas de estas cosas o evitaba que apareciera el miedo a la falta de ellas.

Hay que amar siendo libre: “Yo no te necesito, te prefiero, te elijo”.

Walter Riso.

A continuación te dejo una serie de sugerencias para que puedas relacionarte mejor con estos sentimientos y con la nueva situación de vida.

Índice de contenido

Dejar ir

Acepta que la persona ya no te quiere y se quiere ir. Aprende a perder. Respeta su decisión aunque te duela. No querrás forzar a alguien que esté a tu lado ni a que te ame. ¿No quieres a tu ex? ¿No deseas su bien? Si tu pareja te dice que se quiere ir porque cree que hace lo mejor. ¿Por qué no aceptarlo?

Analiza también si tu relación era tan estupenda y si tu pareja cubría todas tus necesidades. No idealices a tu ex ahora que ya no está. ¿Qué carencias tenías? Haz una lista de las cosas que no te gustaban de tu ex y cuando vengan pensamientos nostálgicos léela y recuerda. Recapitula todo lo sufrido y momentos malos. ¿Realmente era una buena relación?

Aumenta tu autoestima y autorespeto

Te mereces tener a tu lado a alguien que te quiera y que quiera hacerlo no a alguien a quien supliques que lo haga. Eres lo suficientemente valioso/a para estar con alguien así. No te mereces perder tiempo de tu vida esperando a que la otra persona se de cuenta que sí te quiere. Alguien que no te quiere no merece estar a tu lado.

Si te consideras poco valioso/a para poder atraer a alguien que te valore y ame bien te recomiendo que hagas una lista con todos tus triunfos y logros que has tenido en tu vida. También haz otra lista con tus cualidades más importantes. Si tienes dificultad para realizarlas pregúntales a personas que te quieren y hazlas juntos. Y cada vez que tengas momentos bajos léelas. Recuérdate lo valioso/a que eres cada día.

Autocontrol

Aprende a renunciar a cosas que te gusten. Aprende a perder, a no conseguir todo lo que quieres. Tú quieres a la otra persona, pero la otra persona no te quiere y se quiere ir. Asúmelo y continúa. Todo lo que quieres no lo puedes tener. Haz una lista con cosas que deseaste con todas tus fuerzas en el pasado y no conseguiste, ¿Pudiste vivir sin ellas?

Nada dura para siempre. Haz otra lista de cosas que perdiste a lo largo de tu vida. ¿Pudiste superar esas pérdidas? Tu relación habrá sido muy bonita, pero eso que fue maravilloso ya no es. ¿Eres capaz de aceptarlo? ¿Cómo suele protestar tu mente ante esa situación?

Contén el impulso a ponerte en contacto con tu ex. Espera un minuto o mejor diez. Cada minuto que te contienes, cada instante que no estás pensando en tu ex es tiempo ganado para tu salud y libertad emocional. Poco a poco tienes que ir desdibujando la profunda huella que tienes en tu corazón y tu cabeza. Y cada instante cuenta. Date cuenta qué sensaciones se producen en tu cuerpo mientras aguantas el impulso de contactar con la otra persona.

Creías que necesitabas verlo/a y hablar con él/la, pero si eres capaz de resistir el impulso inicial verás como cada vez te resultará más fácil no sucumbir a ello. La idea es ir prolongando el intervalo de tiempo en que no piensas en tu ex y en el que surgen los impulsos de contactar.

Otro ejercicio sería en entrenarte en resistir a la tentación. Cómprate algo que te guste mucho como algún helado, un dulce o lo que sea y ponlo delate tuya. Trata de resistir el impulso de comértelo en ese momento, o pruébate alguna ropa que te encanta, tócala, huélela, mírate con ella, pero déjala en la tienda. Estas aprendiendo a sacrificar el placer inmediato por un sentimiento de gratificación a medio plazo. La gratificación de haber mantenido el control sobre ti mismo/a y no haber sucumbido a la tentación.

“Ser capaz de olvidar es la base de la cordura. Recordar incesantemente conduce a la obsesión y a la locura.”

Jack London

Amplía tu perspectiva

Si tu pareja era la mayor fuente o la única de satisfacción en tu vida te habrá producido un gran dolor el perderlo/a. Pero hay muchas más fuentes si te detienes a mirar. ¿Qué cosas te gustan, te proporcionan placer y te dan alegría? Pueden ser tus hijos, tus amigos, tu trabajo, tus aficiones, la naturaleza, el arte, el ejercicio físico, un libro, una comida, una canción o una película. Mantente atento/a a tu vida y a lo que pasa a tu alrededor y detecta qué cosas hay en ella que te complacen o que podrían hacerlo. La persona a la que amas era una parte importante de tu vida, pero no la única.

Cuando aparezca momentos malos repasa esa lista y haz alguna de ellas y, si no puedes, visualízate haciéndola en detalle, implicando el mayor número de sentidos. No enfoques toda tu fuente de placer y alegría en la persona amada. Aunque pienses que la otra persona lo era todo amplía tu visión y comprobarás que hay mucho más. Y que puedes disfrutar de muchas cosas en la vida sin tu ex.

Trabaja con tus pensamientos y emociones

Si tu pareja te ha dejado, si dice que ya no te quiere y no desea seguir contigo ¿Por qué lo la crees? Pueden aparecer mil pensamientos tratando de convencerte de que aún lo hace. Interpretas palabras y gestos buscando un retazo de amor. Puedes crearte historias al respecto para autoconvencerte de que se dará cuenta de su error y que volverá. O puedes pensar todo el tiempo en la otra persona con la esperanza de que vuelva como por arte de magia o porque creas que si dejas de pensar en tu ex desaparecerá para siempre de tu vida. Todo eso para mantener una pequeña llamita de esperanza y no afrontar la realidad.

Haz una lista lo más objetivamente posible de pruebas que tu pareja ya no te quiere. Discusiones, rupturas previas, falta de afecto y de respeto, infidelidades o maltratos. Y cada vez que empiecen los pensamientos fantasiosos sobre su amor sobre ti lee la lista.

Fíjate un tiempo al día para este tipo de pensamientos y regodéate a gusto en ellos, pero fuera de ese espacio no te lo permitas.

Distráete. Trata de conversación con alguien, haz ejercicio de manera vigorosa, o cualquier otra actividad que te exija estar atento/a. Céntrate en algo distinto al amor que ya no está. Por ejemplo, puedes empezar a pensar más en ti, en tus deseos y necesidades. Empieza a cuidarte, mimarte, usa tu tiempo para tu disfrute haciendo cosas que te interesan y te hagan crecer.

Enfócate en el presente, en lo que estás haciendo ahora, en las tareas cotidianas o en el trabajo. Presta atención a lo que llega a tus sentidos: cosas que puedas oír, ver u oler. Cada instante que no estás pensado en tu ex es un tiempo ganado a tu vida y a tu salud. Es una prueba más para desmostarte que tu pareja ya no tiene el control de tu vida ni de tu mente.

Bloquea la cadena de pensamientos sobre tu ex cuando te des cuenta. Di: «¡Para!» O utiliza algún gesto como taparte la boca o morderte la lengua. Puedes también tratar de cambiarle la voz a esos pensamientos por una que te resulte cómica y así pierdan su intensidad emocional. Pero lo más importante es darte cuenta cuando sucede.

Con respecto a las emociones indicarte que tienen una parte mental (pensamientos) y una parte corporal (sensaciones). Así, cuando aparezca esa emoción negativa como tristeza, amargura, desesperanza, dolor, melancolía o el impulso irrefrenable de contactar con él o ella, lleva tu atención a las sensaciones corporales. ¿En qué parte de tu cuerpo se muestran esas emociones? Puede ser en la garganta, en el pecho, el abdomen o tal vez sientes un aumento o una bajada de temperatura corporal o algún tipo de hormigueo.

Pues mantén tu atención en esas sensaciones, no dejes que esta emoción se vaya a tu cabeza y active ese diálogo negativo tan contraproducente. Quédate con lo sientes en el cuerpo y verás como pasado un tiempo empiezan a remitir esas sensaciones, y la emoción, alcanzado a un pico de intensidad, se irá diluyendo poco a poco hasta que desaparezca.

Contacto cero

Hay que dejar de alimentar la imagen de tu ex en tu cabeza. Haz lo posible para que la vinculación que tienes de tu ex con situaciones, lugares y actividades se vaya diluyendo poco a poco. Así que no es conveniente seguirlo/a, espiarlo/a, esperarlo/a en la puerta de su casa para ver si entra o sale con alguien, entrar en su perfil de redes sociales para ver que está haciendo, hacer llamadas telefónicas o mensajes “por error”, tener encuentros fortuitos o forzar contactos con cualquier excusa.

Evita también actividades y lugares que te recuerden a tu ex. No hables de tu ex, no veas fotos, no oigas música que te hagan recordar o deja de ir a sitios que solíais frecuentar con tu antigua pareja.

Aunque te sea muy difícil, tener el menor contacto posible es lo mejor para ir desvinculándote afectivamente de tu ex. Para que esa huella que tienes en tu corazón y en tu cabeza se vaya difuminando poco a poco.

El mundo ya no es cosa de dos. Ahora estás tú para vivir tu vida. No malgaste tu energía y tu tiempo inútilmente.

«Desear, anhelar, interesarse por algo o alguien es normal, siempre que no caigas en la obsesión y estés listo para la pérdida».

Walter Riso.

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