La vida nunca se vuelve insoportable por las circunstancias, sino solo por falta de significado y propósito.
Viktor Frankl
Has roto con tu pareja después de algunos o muchos años. Vivías en una rutina muy asentada, sabías cómo iba a ser tu día y también te imaginabas como iba a ser el resto de tu vida. Envejecer junto a la persona que querías. Pero llegó un día en que todo eso se derrumbó. Tu vida ha dado un vuelco. Todas las rutinas que tenías con tu pareja han desaparecido. La ilusión de que estuviera contigo toda la vida también. Muchas cosas que hacías todos los días con la persona a la que amabas y que ya tenías asumidas como algo cotidiano no volverán a ocurrir. Se han vuelto únicamente un recuerdo en tu mente.
Pero tras un periodo de correspondiente duelo tendrás que aceptar la situación y ponerte en marcha de nuevo. Aunque es posible que te surjan, si no lo han hecho ya, una serie de preguntas dentro de ti:
¿Y ahora qué? ¿Qué hago con mi vida? ¿Qué es lo que me gustaría hacer? No sé qué quiero.
Es posible que te resulte difícil responder a estas preguntas. Creías que sabías como iba a ser tu vida en los próximos años y aunque había ilusiones de hacer cosas distintas o cambiar algo lo principal y más importante sería estable y seguro. Hasta que dejó de serlo.
Puede que te sientas abrumado/a ante las decisiones importantes que tendrás que tomar a partir de este momento. No estaba en tus planes tener que replantearte tu vida a estas alturas.
No obstante, es momento de aceptar y asumir el cambio de la nueva situación lo antes posible y en tus manos está comenzar una nueva vida de la manera más satisfactoria posible.
Te dejo una serie de sugerencias para poder transformar tu vida en algo más hermoso de lo que fue hasta ahora.
Tu propósito de vida es encontrar un propósito, y entregar a él todo tu corazón.
Buda.
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Una oportunidad para conocerte y comprenderte mejor
Una vez que tu estado anímico te lo permita trata de evaluar lo más objetivamente posible todo lo vivido. Aprecia todo lo que has aprendido en tu relación sobre ti mismo/a, sobre el ser humano y sobre las relaciones en general. Analiza tus conductas y los motivos de las mismas. Algunas de estas preguntas pueden serte útiles:
¿Qué solías hacer habitualmente? ¿Tratabas de ganarte el afecto de tu pareja constantemente? ¿Renunciabas a tus necesidades por las de la otra persona? ¿Solías ceder en las discusiones? ¿Cómo era la dinámica de tu relación? ¿Compartíais la responsabilidad de la misma? ¿Qué estado emocional era el más habitual? ¿Te sentías cuidado/a y amado/a?
¿Tenías que pedir atención? ¿Había autodesprecio o sentimientos de no ser merecedor/a de amor? ¿Tenías miedo a ser abandonado/a? ¿Tenías miedo a decir “no”? ¿Te sientes culpable tras la ruptura por no haber estado a la altura? ¿Piensas que una vida sin pareja está vacía? ¿Qué es lo más importante que has aprendido?
¿Cómo quieres que sea tu relación futura y tu pareja? ¿Qué cosas no volverás a permitir? ¿Qué cualidades desarrollarte más durante la relación? Paciencia, amor incondicional, comprensión, perdón, apoyo, confianza…
Como ves puedes hacer mil preguntas al respecto que pueden ayudarte a tomar conciencia de cómo era tu relación y cómo te comportaste en ella y sacar conclusiones al respecto. Si estas conclusiones no son muy positivas, si piensas que tu relación no era demasiado buena y no te sientes bien contigo mismo/a de la manera en que te comportaste en ella trata de averiguar los motivos para poner remedio y que no se vuelvan a repetir esos mismos patrones en futuras relaciones.
Por ejemplo, ¿Sueles atraerte el mismo tipo de pareja? ¿Suelen terminar dichas relaciones no demasiado bien? ¿Por qué crees que pasa eso? ¿Crees que te mereces estar con alguien que te quiera bien y que realmente te guste? ¿Piensas que te tienes que ganar el amor de los demás?
Evalúa también tu nivel de autoestima y autorespeto, pues es un factor clave para afrontar estos momentos difíciles y para tener una mejor relación en el futuro. ¿Tuviste en cuenta tus deseos y necesidades durante la relación? ¿Crees que es culpa tuya que tu relación se haya roto?
Y a partir de ahora que comienzas una nueva aventura vital es muy importante que reflexiones sobre algunas cuestiones:
¿Qué tipo de vida te gustaría llevar? ¿En qué ámbitos te gustaría implicarte? ¿Qué cosas te generan curiosidad? ¿Qué valores te gustaría que estuvieran más presente en tu vida? ¿Cómo puedes mejorar tu vida? ¿Dónde quieres poner más atención y energía? ¿Crees que es un buen momento para recuperar o potenciar la identidad que se fue difuminando durante la relación?
Evalúa si deseas realizar algún cambio profesional, académico, personal o mejorar la calidad de tus relaciones. Pregúntate: ¿Qué profesión te gustaría desarrollar? ¿En qué sector sientes que puedes aportar cosas? ¿Hay algo que te gustaría aprender? ¿Qué tipo de persona es el que te gustaría tener como pareja? No alguien con el que te conformes sino tratar de conseguir a la persona que realmente se ajuste a tus criterios y puedas tener una relación más rica y plena que la anterior.
Puedes que quieras realizar cambios drásticos en tu vida, o no tanto, pero sea como sea, cuanto mejor te conozcas y sepas lo que realmente quieres más fácil te resultará vivir de una manera más íntegra y plena, ya sea a nivel laboral, personal o sentimental. Y una buena autoestima te ayudará a tener la confianza para emprender esos cambios que consideres necesarios, a ir detrás de los objetivos que realmente te llenen y en tener una pareja afín a tus deseos y necesidades.
¿Te cuesta identificar tus cualidades y puntos fuertes? ¿Te resulta difícil reconocer tus logros?
Pero no siempre es fácil saber lo que realmente quieres, ni en detectar tus capacidades, virtudes, valores, anhelos e ilusiones. Y sobre todo tras una ruptura. Puede que haya desconcierto y un estado de perplejidad que te impide tomar decisiones y emprender acciones pues te falta energía y perspectiva.
Aquí te dejo una serie de herramientas que te pueden ayudar a conocerte un poco mejor y que pueden poner luz y orientarte en estos momentos de incertidumbre:
Uno de ellos es el eneagrama. A través de un test que puedes encontrar en internet, te da una orientación sobre tu personalidad. Saca tus puntos fuertes y débiles, así como patrones de conductas típicas, miedos y deseos. Puede ser interesante como una primera aproximación.
Otra opción sería en de “Test de personalidad de los cinco grandes” que te evalúa tu grado de responsabilidad, tu apertura a la experiencia, grado de cordialidad, introversión/extraversión y estabilidad emocional.
También hay multitud de listas de cualidades y valores por internet que puedes utilizar para definir aquellas con la que te encuentres más identificado/a.
Ikigai: que viene a ser como las cosas que hacen que tu vida valga la pena. Proviene de Japón y quienes lo practican suelen tener una vida llena de sentido y bastante larga. Habría cuatro preguntas que serían las más importantes para descubrirlo: ¿Qué es lo que amas? ¿En qué eres bueno/a? ¿Qué necesita el mundo? ¿Qué es aquello por lo que te pueden pagar?
Pues en la intercepción de estas cuatros preguntas estaría tu Ikigai o propósito de vida.
Y ahora te dejo tres opciones por si te atreves a probar alternativas más esotéricas.
Lectura de tu carta natal astrológica. No se trata de adivinar tu futuro sino de una herramienta de autoconocimiento. La carta natal representa la estructura de la conciencia del individuo. Te informa sobre tus tendencias, inclinaciones, talentos y habilidades o debilidades. Te puede mostrar un camino por el que transitar en tu vida. Te ayuda a entender tus tendencias de personalidad conscientes y a descubrir las inconscientes. Te permitirá conocer tu vocación a través de conocimientos de tus capacidades, pero también de las dificultades que tendrás en el camino.
Lectura del Árbol de la vida, Cábala. Se trata del estudio de tu mapa energético, del recorrido que hace tu energía a través de él. En cada árbol se muestra una serie de puntos fuertes y débiles que es bueno conocer y comprender. Te ayuda a poder desarrollar tus dones y talentos, a conocer tus bloqueos y debilidades y como aprender de ellos. También a tomar consciencia de tus hábitos y patrones de conductas y a aprender a gestionar mejor los momentos de crisis. Todo esto con la finalidad de facilitar el cumplimiento de tu propósito de vida desarrollando al máximo tus cualidades y talentos. Lo que te permitirá vivir de una manera más íntegra y plena.
Los registros akáshicos. Sería la memoria universal de la existencia y es un lugar donde se registran todas las experiencias del alma. Según los expertos pueden leer en ellos todas las potencialidades que el alma posee para su evolución en esta vida, el sentido de su existencia, misión de vida, todos los aprendizajes pendientes y las respuestas a las grandes preguntas.
Proyectos pendientes
A partir de ahora es un buen momento para retomar viejos proyectos que pudiste dejar apartado cuando comenzaste tu relación. Ya sea por la falta de tiempo o de apoyo de tu expareja. O empezar algo que te apetezca comenzar. Estudiar, emprender, iniciarte en alguna afición, hacer más ejercicio físico, viajar, realizar un voluntariado o pasar más tiempo con tu familia y amigos.
Lo importante es comenzar o retomar algo que sea de tu gusto y que te conecte más a ti. Algo que enriquezca tu vida y a ti como ser humano. No tiene que ser ni difícil ni grande, pero sí algo que te sea significativo para ti y tus valores. Algo que sientas que da sentido a tu vida y te haga vivir más intensamente. Algo que te permita desarrollar todo tu potencial.
La idea es enfocarte en el mundo y en desarrollar tus capacidades y sacar a tu ex de tu mente. Para poder llegar a la conclusión de que no necesitas a tu ex para vivir plenamente y disfrutar de la vida. E incluso puede que te des cuenta que tu ex ha podido ser un estorbo para tu crecimiento y tu vida aunque no fueras consciente de ello.
¿Dónde quieres enfocar tu atención y energía a partir de ahora?
Una vida sin propósito es una muerte prematura.
Goethe
Dar mayor sentido a los actos cotidianos
Ahora que ya no tienes pareja y ha salido de tu vida el mayor objeto de atención que tenías puedes empezar por apreciar toda la riqueza que te rodea en tu día a día. Es buen momento para sacar provecho de cada pequeño instante de tu vida. Para apreciar y valorar más a todas las personas que te quieren y todas las acciones que te lo demuestran.
Puedes fortalecer más, si no es el caso, el vínculo con tus padres y hermanos, con tus amigos, y sobre todo con tus hijos, si los tienes. Es momento de disfrutar más con ellos, de apreciar todo lo que hacen por ti y como te hacen sentir. También de recuperar relaciones que se hayan podido ir apagando.
Disfruta más de tus relaciones, de la charla con tus amigos o de no hacer nada, ni tener que dar explicaciones ni justificarte.
También puedes disfrutar de tu tiempo en soledad. De sentirte bien estando solo/a, de disfrutar del silencio, de un paseo por la naturaleza, de leer, de escuchar tu música favorita. Tiempo para ti.
Es tiempo también para cuidarte más y para ponerte en el centro de tu vida. De escuchar tu sentir y de hacer esas pequeñas cosas que te hagan sentir bien. De reducir el estrés de tu vida, de relajarte, practicar yoga, meditación o mejorar la calidad de tu sueño. En definitiva ponerte en primer plano de tu vida.
Siente gratitud por todo lo bueno que hay en tu vida y que antes no apreciabas o no te dabas cuenta. Redescubre cuantas cosas bellas y valiosas hay más allá de tu ex.
Usa esa libertad e independencia para crecer como persona, para vivir de una manera más íntegra y coherente con tus valores y prioridades.
También es importante que te reúnas con personas a las que quieres frecuentemente. Es hermoso festejar y celebrar cualquier acontecimiento por pequeño que sea. Abre tu corazón a los demás.
Centrarte en lo que haces, no dejar que este incesante diálogo interno entorno a tu ex te distraiga de lo que estás haciendo en este momento, vive con más atención plena. Así que nada de multitareas ni de sobrecargar tu cerebro de estímulos.
El propósito de nuestra vida es ser felices.
Dalai Lama
Da sentido al sufrimiento
Una actitud positiva después de una ruptura es el primer paso para una vida mejor. Tendrás que pasar por el periodo de duelo correspondiente. Sentirás dolor, tristeza, rabia, desesperación o incluso depresión. Pero si eres capaz de asumir la nueva situación y reinterpretas que este dolor es el peaje a pagar para algo mejor en el futuro podrás afrontarlo de otra manera. Este dolor también te hará más sensible y podrás vivir con mayor compasión y empatía por los demás. Así que tu amor podrá aumentar si no te cierras a ello.
La reinterpretación de la historia que te cuentes de lo sucedido de una manera positiva te hará desarrollar una vida mejor a partir de este momento. Si no lo haces podrá aparecer el rencor, el odio, el autodesprecio, la rabia o la venganza. Y todo esto hará de ti una persona menos feliz.
La ruptura es una experiencia que ha aparecido en tu vida. Así que puedes proponerte el propósito de gestionarla y asumirla de la mejor manera posible y aprender de ella.
También puedes agradecer todos los momentos felices y el amor que sentiste por la otra persona y el que tu expareja te dio, si fue el caso. Eso nadie te lo podrá quitar.
Date cuenta que cuando superes esto momentos difíciles serás más fuerte que antes y te conocerás mucho mejor. También tendrás más experiencia para futuras relaciones y tendrás más claro lo que quieres y lo que no quiere de ellas.
Podrás crecer como ser humano de una manera que no podrías haber hecho si no se hubiera producido la ruptura. Debido a esta situación tienes la oportunidad de desarrollar cualidades, aumentar tu resiliencia y conocerte mejor ante situaciones duras y aprender a superarlas.
A pesar de la dificultad y del dolor, con una buena actitud puedes apreciar que tu vida tiene sentido a pesar de esta situación si eres capaz de crecer y de sentirte que estás dando lo mejor de ti mismo/a.
A veces sucede que cuando te estás desviando mucho de tu camino en la vida esta te da un golpe, como puede ser esta ruptura, para que rectifiques la dirección hacia una de mayor crecimiento y felicidad. ¿Has pensado alguna vez que algo que juzgaste como un fracaso o un error después resultó que fue para mejor?
Tal vez tu relación no era tan buena como creías, que tu pareja no cubría tus necesidades ni eras feliz, pero te resultaba difícil romper la relación por miedo, dudas o dependencia emocional. Y que si todo hubiera seguido como estaba solo hubiera empeorado. Pues ha sucedido algo que tal vez no quisieras, pero que sí necesitabas para darte otra oportunidad.
El propósito de la vida es vivirla, disfrutar de la experiencia al extremo, extender la mano con impaciencia y sin miedo a vivir experiencias más nuevas y más enriquecedoras.
Eleanor Roosevelt
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