Cómo ver tu vida de una manera más positiva

“A veces sufrimos más por nuestra imaginación que por la realidad” .

Séneca.

Desde el punto de vista biológico, muchas de nuestras conductas y hábitos están enfocados a nuestra supervivencia y reproducción. Otras están más enfocadas en llenar y compensar vacíos o heridas que tenemos a nivel psicológico o existencial.

Hay un potencial latente dentro de ti que busca expresarse y desarrollarse. Es una tendencia que tienen todos los seres vivos. Pero no todos lo hacemos debido a unas generalizaciones y presunciones que nos hemos hecho de nosotros mismos y del mundo producidas por experiencias, principalmente de nuestra infancia. Así, estas conductas buscan compensar estas cualidades no desarrolladas. Aunque también puede que hayas tratado de anestesiar o entumecer la insatisfacción y el dolor que te produce estos vacíos.

A modo de ejemplo, si se creó una idea en ti de incompetencia te vivirás así. Pero hay un anhelo de desarrollo de potencial y comprensión en tu interior que desea expresarse y al no hacerlo de manera natural buscarás conductas compensatorias para amortiguar esa insatisfacción como podría ser el perfeccionismo, una autoexigencia desmedida, corregir a los demás, etc.

Con este patrón de conducta se deduce que hay una falta de aprecio y valoración por la vida misma. Te es difícil encontrar motivos por estar agradecido/a y contento/a. Tienes disminuida la capacidad de gozar, de percibir la  belleza y el amor. Te enfocas en lo negativo, tienes miedo y la proyección al futuro te genera preocupación y ansiedad. Creas unas expectativas externas de cómo tendrían que ser las cosas para sentirte feliz y cuando la realidad no se ajusta a dichos planes te sientes defraudado/a, triste e insatisfecho/a.

Aplazas tu felicidad para el futuro, para cuando hayas conseguimos algunos objetivos o tu situación sea de una determinada manera. Te has desconectado de la alegría y del goce de vivir que eres en tu interior y que debido a ideas y creencias que has asumido, te impide que fluyan hacia el exterior naturalmente. También es posible que hayas entumecido tu capacidad de sentir para no sufrir y ahora ya no sientas lo malo, pero tampoco lo bueno.

A continuación, te sugiero una serie de creencias o ideas que podrías haber asumido y que pueden apoyar esta conducta. Puede que algunas te resuenen más que otras o que eches de menos alguna otra. Todos somos únicos, pero suelen haber algunas presunciones o generalizaciones que podemos compartir. Así que puedes utilizarla y ajustarla hasta que te sientas totalmente identificado/a con ellas. Estas son únicamente una aproximación.

También te muestro algunas sugerencias para rebatirlas y conseguir que vayan perdiendo fuerza e influencia sobre ti.

Índice de contenido

Crees que la vida sólo trae desdichas y preocupaciones.

“El que no valora la vida no se la merece”.

Leonardo da Vinci.

La vida es un milagro, y el poder ser consciente de ello aún más. Hay muchas cosas bellas, pero hay que pararse, mirar y valorar toda la abundancia que hay. Hay personas que tienen una peor situación que tú y le han pasado más cosas malas y son felices. La mente con su rumiación es la que trae las preocupaciones y el miedo. Así que el problema no es lo que pasa sino el significado que le damos. De todo se puede aprender algo y sacar alguna oportunidad. Agradece que podría haber sido peor, agradece todo lo que tienes en este momento. Enfócate más en el presente y no estar con la mente en el futuro constantemente ya que esto genera ansiedad y miedo.

No des nada por sentado. Aprecia cada instante porque no sabes si será el último. Cambiando la perspectiva cambiarás el significado que le das a algo. También habrá momentos de dolor y sufrimiento, y tendrás que asumirlo lo mejor que puedas. Pero en muchos otros momentos no están sucediendo cosas malas y, sin embargo, tu mente puede hacer que esté más atenta a los peligros imaginarios del futuro, a culpar o arrepentirte por el pasado y a no ver todo lo bueno que tiene este instante.

Seguro que hay personas con condiciones de vida peor que la tu y se sienten felices, ¿Por qué tu no? ¿Dónde estás mirando constantemente al pasado, al presente o futuro? ¿Qué expectativas tienes de la vida? ¿Qué significado sueles darle a las cosas que te pasan? ¿Las observas objetivamente o añades juicios negativos y pesimistas?

Piensas que hasta que todo no sea como quieres no podrás sentirte feliz.

“La mayor rémora de la vida es la espera del mañana y la pérdida del día de hoy”.

Séneca.

El mundo no es como tú quieres que sea ni lo será. No creo que le importe la idea que tengamos de cómo debería ser. No tienes el control sobre ello. Así que es mejor adaptarte tú a él antes de exigir que el mundo se ajuste a la idea  que te gustaría que tuviera. Muchos miles de millones de personas cada una con su idea del mundo ideal y el universo tratando de contentar a todos ¿Parece absurdo no?  Es mejor que te enfoques en las cosas en las que sí tienes control que es el la interpretación que haces. Trabaja para intentar cambiar lo que esté en tus manos. Pero disfruta todo lo bueno que ya hay. Aprecia todo lo que ya has cambiado y todo lo que has conseguido. Todo lo que ya hay como tú quieres. Alégrate de cada triunfo en este momento. Así iras añadiendo alegrías en el proceso. Puedes sentirte feliz con muy poco si no te dejas enredar con esas fantasías de perfección y altas expectativas.

Además, en muchas ocasiones esos deseos, situaciones ideales y necesidades son sugeridos por el exterior. Modelos de conductas y del tipo de vida que deberíamos tener. Y es posible que haya pasado que cuando has conseguido esas cosas que se suponen que te harían felices no lo han hecho y empezaste a buscar otros objetivos que también te prometerán la felicidad permanente.

Pero, ¿Te has preguntado realmente que quieres? ¿Sabes cómo quieres que sea tu vida? ¿Todo lo que deseas y aspiras es tuyo o lo has asumido del exterior?

Temes que si te sientes feliz puedes relajarte y que venga una desgracia que te coja desprevenido/a y te dolerá más.

«Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca sucedieron».

Michael de Montaigne.

El futuro es imprevisible. Es bueno ser prudente y prevenir, pero vivir en el presente. Vivir y sentir la realidad como se presenta en el este momento. Es lo único que existe. No sacrifiques un bello ahora para ponerte en guardia ante peligros imaginarios futuros, que puede que pasen o no. Confía que en el futuro tendrás los recursos necesarios para afrontar la situación que se presente.

Es casi seguro que a todos nos surgirán momentos difíciles, pero muchos son capaces de enfocarse en el presente, valorarlo y sacarle el provecho que merece. Valora todo lo que tienes ahora y siéntete agradecido por ello, pero sabiendo que nada es eterno e igual que nos ha llegado se puede ir. No te apegues demasiado a las cosas de las que no tienes el control.

Conforme vayas desarrollando la capacidad de apreciar y agradecer todo lo bueno que hay, serás más capaz de apreciarlo y valorarlo en el futuro, y esto se irá retroalimentado.

¿Cuántas desgracias que pensabas que te iban a suceder sucedieron finalmente? ¿Según tu experiencia, crees que eres bueno/a pronosticando el futuro? ¿Qué algo malo te pasara por la cabeza significó que se hizo realidad? ¿Crees que todo lo malo que imaginas se hará realidad?

Piensas que hay muchas cosas que no funcionan en tu vida para sentirte feliz.

«Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo en exceso lo que no tengo»

Leon Tolstoi

Si crees que sólo serás feliz cuando todo sea como quieras, cuando la realidad se adecúe a lo que consideras que debería ser, dudo mucho que lo seas alguna vez. Así que ya tienes una buena excusa para sentirte insatisfecho/a para siempre. Pero si te sintieras feliz con lo que ya tienes, si pudiéramos apreciar y agradecer lo bueno que ya hay en tu vida, podrías sentirte feliz en este mismo momento. Si pudiéramos ser feliz simplemente festejando que estás vivo/a y que eres consciente de ello. Si redujeras las expectativas podrías sentirte satisfecho/a con menos. Si estuvieras más atento/a a todo lo que hay bueno podrías sentir más gratitud y alegría por la abundancia de la vida.

Trata de mejorar lo que depende de ti, pero sin perder de vista lo que ya está bien. ¿Cuántas cosas desearía tener y te esforzarías por conseguir que ya tienes y das por hecho? ¿Qué tres cosas serían las más duras de perder? ¿Las valoras como merecen?

Sientes que no eres ni serás nunca una persona alegre.

«Piensa que cada día puede ser el último.»

Horacio

Hay una parte genética en tu temperamento. Todos tenemos una naturaleza más tendente a ciertos comportamientos que a otros. Otra cosa diferente es que debido a la imagen que tienes de ti mismo/a te haya impedido desarrollar capacidades que sí están a tu disposición, pero debido a ese malentendido no la has puesto en práctica. Muchas veces la mente, con todos sus miedos y preocupaciones, y una autoimagen negativa impide sacar toda la alegría y capacidad de gozar de la vida que llevas dentro. De pequeño seguro que vivías de esa manera. Había alegría, sorpresa, ilusión, asombro y curiosidad. Todo eso sigue dentro, pero tu mente y sus conceptos de la vida y de ti mismo/a han ocultado esa luz proveniente de tu interior. Libera de obstáculos tu mente para que pueda expresar toda la alegría que eres.

¿Qué idea tienes de ti que te impide vivir con mayor alegría? ¿Qué crees que puede pasar si te expresas de manera más natural y espontáneo? ¿Cuál fue la última vez que te sentiste contento/a? ¿Cómo era la situación?

Crees que como te han hecho mucho daño y te han pasado cosas malas ya no puedes sentir alegría.

“Cuando la vida te presente razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reír”.

Anónimo.

La mente te hace recordar y revivir una y otra vez algo que fue, pero que ya no existe, sólo vive en tu cabeza. Si te centras en el presente todo momento puede ser nuevo y ser una oportunidad para vivir y apreciar la vida. La mente es la que te impide que salga la alegría genuina que eres. La pena, el arrepentimiento y el trauma están en tu cabeza, aunque ya no exista la situación que lo provocó en este momento.

¿Qué puedes hacer para apreciar este momento, únicamente este? ¿Qué cosas están bajo tu control? ¿Lo que sucedió o la actitud ante lo que sucedió? ¿Crees que habrá personas que le hayan pasado cosas similares o incluso peores y son felices y disfrutan de sus vidas? ¿Por qué tú no? ¿Puedes estar bien ahora a pesar de lo que te ha pasado? ¿Te has sentido contento/a en algún momento del pasado a pesar de lo ocurrido?

Tendrías que ampliar el ángulo y ver todo lo bueno que hay en tu vida, y recordarlo todos los días. Así como determinar qué cosas positivas puedes hacer con lo que te sucedió. ¿Aprendiste algo, eres más fuertes, puedes apreciar más lo que tienes y das por supuesto?

Sientes miedo a la vida y a los demás.

«El que teme sufrir ya sufre de temor»

Proverbio chino.

Tal vez te haya pasado algunas cosas desagradables en tu vida y has llegado a la conclusión que es peligrosa. Tienes que tener también en cuenta cuántas cosas hermosas te han pasado y cuántas cosas malas no. Fuiste cuidada/o, protegida/o y amada/o cuando estabas totalmente indefensa/o. ¿Cuánta gente te ayudó a sobrevivir y a ser lo que eres ahora?

Si el miedo te hace huir o esconderte no descubrirás que los miedos de tu cabeza suelen ser peores que los que ocurren en la realidad. Tienes más recursos de lo que crees y puedes resistir mejor los contratiempos de la vida de lo que imaginas. Con las experiencias negativas aprendes y te fortaleces, adquiriendo más confianza. La retirada y la ocultación te harán disminuir tu autoestima y seguridad. Y con un autoconcepto bajo es difícil encontrarse bien. Al afrontar desafíos te hace desarrollar todo el potencial que llevas dentro y esto te hace sentirte más pleno/a y auténtico/a.

Tienes miedo a sentir emociones negativas y en muchas ocasiones puedes que te hayas entumecido a sentir lo que implica que tampoco sentirás alegría, amor y goce en la vida. Te has retraído y paralizado para no arriesgarte a sentir y dejar de sentir es dejar de vivir.

¿El tono habitual de tu vida es de vitalidad o apatía? ¿Qué sueles hacer para evitar sentir? ¿Qué haces cuando sientes alguna emoción negativa? ¿Sientes cada instante como un momento sagrado o piensas que puede pasar algo malo?

Piensas que deberías ser/tener/hacer…

«La fuente de nuestra insatisfacción radica en los intentos siempre renovados de elevar el número de nuestras pretensiones».

Arthur Schopenhauer.

Hay una insatisfacción crónica hoy en día. Puedes que tengas en tu cabeza pensamientos del tipo-”Yo debería ser así, debería tener esto o lo otro…”. Parece que con lo que eres y tienes no es suficiente para estar bien. Y si consigues algo, entonces buscarás más y más. Siempre con la esperanza que desde el exterior te aportará esas cosas que te darán felicidad y alegría. Pero cuando lo consigues, la alegría dura poco. Vuelve a surgir algo que te prometerá la felicidad duradera. Y nunca cumple. Tratas de llenar un vacío interior con cosas del exterior y compruebas que nunca lo consigues por demasiado tiempo. Siempre pide más y más.

La alegría tiene que surgir del interior, ahí está el potencial latente. Poner la atención en todo lo bueno que ya hay, reorientar el significado que le das a las cosas y dejar que la gratitud y la satisfacción emerjan del interior.

Hay personas que con menos de lo que eres, tienes o haces ya son felices ¿Qué lo diferencian de ti? ¿Mejor actitud, aprecian más, agradecen más, exigen menos? ¿Qué crees que te falta para estar contenta/o de la vida?

Crees que el mundo tendría que ser un lugar justo y seguro para sentirte feliz.

«A vivir se aprende todo la vida, y toda la vida se ha de aprender a morir».

Séneca.

El mundo es como es. Con muchas cosas espectaculares y también otras feas. Pero no está en nuestra mano cambiarlo. Así que siéntete feliz siendo justo con tu entorno o dando seguridad a otros. Presta atención y valora todas las cosas buenas que hay en tu vida y siéntete agradecido/a. Disfrútala mientras las tengas porque tarde o temprano también se irán igual que tu y yo. No esperes a que todo sea perfecto para ser feliz porque ese futuro no llegará. Pero sí puedes sentirte feliz y alegre en este momento apreciándolo y valorándolo como merece. Siente cada instante de tu vida como un momento sagrado y milagroso. Mantén una actitud de sí a la vida. Y dejar de exigir que las cosas tengan que ser como crees que deberían ser y que todos tus deseos y necesidades deban ser satisfechos.

¿Puedes sentirte seguro/a más allá de este momento? ¿Cómo te hace sentir el exigir cosas que no dependen de ti? ¿Tratas de manipular y forzar la vida para que te de lo que quieres, desconfiando que ella te pueda nutrir de lo que necesitas? ¿Crees saber con toda seguridad lo que es mejor para tí?

Piensas que necesitas tener el amor de una pareja para sentirte feliz.

«Da lo que tienes para que merezcas recibir lo que te falta».

San Agustín.

La pareja te ayudará a sacar todo el amor que ya está dentro de ti, por lo que no necesitas nada externo para sacarlo. Puedes ofrecer amor a todos los seres queridos que hay a tu alrededor. Incluso a conocidos o desconocidos. Amabilidad, bondad y compasión hacia los demás, Ahí hay amor. Y puedes sentirte feliz al hacerlo, sin esperar que nadie sea quien te vaya a hacer feliz. Si sabemos que en esencia eres amor todo lo que hagas puede estar impregnado de dicha fragancia. Empieza por darte amor a ti mismo/a.

Respétate, cuídate, trátate con amabilidad, confía en ti, no te critiques ni desprecies. Ahí está el amor que buscas fuera. Esto si está bajo tu control, el encontrar el amor romántico de una pareja no.

¿Cuál fue la última vez que te diste un capricho? ¿Cómo sueles cuidar de ti? ¿Descuidas tus necesidades? ¿Qué puede haber de positivo durante los periodos en que no tienes parejas?

Conclusión

En resumen, cuando sientes que tu vida es un desastre parece que estás rechazando como es la realidad que te está tocando vivir. Sientes que te falta algo a ti, a los demás o al mundo. No estás bien como son las cosas en este momento e idealizas un futuro donde sí serás como te gustaría ser y el mundo será «perfecto» para, en ese momento, ser feliz. También puedes creer que el pasado te ha marcado para siempre y que te hayas anestesiado como defensa para no sufrir más, impidiéndote que sientas dolor, pero también alegría.

Esta insatisfacción que se produce en tu mente es la que te impide valorar y apreciar todo lo bello que hay ahora en tu vida y todas las cualidades que ya eres. Impidiendo que te puedas sentir agradecido/a y alegre por ello.

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