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Influenciados por el entorno
El entorno influye en lo que piensas y haces. Puede que no siempre seas consciente de ello, pero así es. Darte cuenta de ello puede ser importante para poder actuar y decidir con mayor libertad. Desde el exterior te sugieren lo que tienes que querer, cómo te gustaría ser, a lo que tienes que aspirar y lo que debes creer. Si asumes todas estas ideas como propias estarás condicionando tus deseos, decisiones y rumbo en la vida sin cuestionarte si todo aquello por lo que luchas y te esfuerzas es lo que realmente quieres para tu vida.
Y si no lo consigues o ni siquiera te acercas a ese ideal puede que te sientas poco valioso/a y sin confianza, que no eres suficiente, que la vida es un asco y que no te mereces vivir mejor. Pero si lo consigues, surgirá la pregunta de si ha merecido la pena tanto esfuerzo para esto. Tomando conciencia que eso que tanto te ha costado no te produce satisfacción a la largo plazo y que siempre hay más cosas por lograr y retos que superar que sí promente la felicidad completa. Pero tampoco será así.
A continuación te comento algunos de estos Influenciadores que pueden estar condicionando la manera que vives tu vida.
Tu entorno social y la sociedad en la que vives influyen de manera decisiva en lo que crees, piensas, sientes y haces. Te muestran modelos de conductas, te inducen a hacer unas cosas y no otras, a aspirar a determinados objetivos y a desear determinadas cosas.
Hay dos preguntas que es posible que te estés haciendo en todo momento.
¿Qué hago ahora?
Desde pequeños aprendes copiando y lo haces de todo lo que hay a tu alrededor. Tienes una tendencia innata a imitar. Así vas comprobando que tipos de conductas son más adecuadas para funcionar en el mundo, cuáles te proporciona cosas buenas y cuáles malas, cuáles te acerca a los demás y cuáles te aleja. Imitas las conductas de las personas que te rodean.
Así vas asimilando creencias, ideologías, conductas y hábitos que van creando la imagen que tienes de ti mismo y del mundo. Asumes las conductas de tu cultura como lo más natural del mundo y, en muchos casos, rechazas las otras.
¿Qué pensarán de mí?
Además de todo eso, también quieres ser aceptado/a, querido/a y sentirte adecuado/a. Así que has aprendido las conductas que recibirán mayor aprobación, amor y elogio; y las repites una y otra vez. Somos seres sociales y necesitamos sentirnos que pertenecemos a un grupo y que este nos aprecia. Prefieres, en algunas ocasiones, estar equivocado/a y sentirte parte del grupo, a tener la razón y estar solo/a. No quieres sentirte solo/a y aislado/a. Pero, ¿a qué precio?
Pregúntate, ¿cómo condiciona el entorno tu vida y tus decisiones? ¿Cómo de auténtica sientes que es tu vida? ¿Cómo te sientes al respecto? ¿Influyen la opinión de los dmás a la hora de tomar tus decisiones?
Medios de comunicación
Los medios de comunicación y entretenimiento también te influyen de una manera extraordinaria. Te muestran los modelos de vida y conductas que son adecuados y cuáles no, a qué hay que aspirar, qué cosas y personas son buenas y cuáles malas, qué hay que creer y qué no y qué desear y aspirar. Es posible que ídolos y héroes televisivos determinan tus anhelos en la vida.
También son una fuente de creación de estereotipos y prejuicios. Te inducen a pensar qué grupos son buenos y cuáles malos, en definitiva, te indican lo que hay que pensar sobre cualquier cosa y cualquier grupo de personas. De esta manera, te estas alejando de pensar por ti mismo/a, de escuchar tu voz y decidir que cosas son las que sientes que te traerán mayor bien a tu vida. Y te dejas llevar por la opinión de moda o la mayoritaria sin analizarlas ni evaluarlas pausadamente.
Busca algunos ejemplos de tipo de conductas y juicios sobre alguien del que estás completamente seguro que es cierto y analiza si realmente lo es, y cómo llegaste a dicho convencimiento. ¿Cuántas creencias puedes tener sobre ti mismo/a o sobre el mundo que sean incorrectas?
Hoy en día las redes sociales tienen un peso en esta dinámica enorme. Cada cual opinando y juzgando cualquier cosa, diciendo lo que está bien y lo que está mal. Destrozando públicamente a quien no piense como ellos, a quienes dudan o se salen de la opinión imperante. Ya no se puede analizar, dudar o dialogar, solo asentir. Y nuestra necesidad de pertenencia nos hace evitar ser excluidos y rechazados del grupo. Por lo que asumes dichas opiniones o callas si tienes alguna diferente, en muchos casos, por miedo. Sí, por miedo a lo que pensarán de ti.
Además es mucho más cómodo para tu cerebro no tener que pensar por sí mismo y solo asentir y dejarte llevar por lo más habitual y fácil. Porque seguir la corriente de la opinión principal, lo supuestamente políticamente correcto, es fácil, cómodo y seguro.
¿Cómo te sientes cuando estás de acuerdo con la mayoría? ¿Y cuándo estás en contra? ¿Cuál fue la última decisión que tomaste en contra de la opinión mayoritaria?
Lugares
El lugar en que te encuentras también determina el tipo de conducta que realizas. Si estás en una boda, en el trabajo, en un campo de fútbol o con tus amigos, determina que tipo de comportamiento tendrás. Lo haces de manera automática, activando el rol específico que tienes automatizado para cada situación. Y si es un sitio nuevo y no sabemos que hacer pues imitas. Nos es difícil hacer algo diferente, dar la nota por miedo a lo que pensarán de nosotros, a la crítica o al rechazo. Así que sigues al grupo de manera automática. No quieres complicaciones ni ser excluido/a.
¿Recuerda en alguna situación que te comportaste de manera espontánea sin tener presente la imagen que estuvieras dando? ¿Cómo te sentiste?
El aspecto de los demás
Otra influencia muy importante en tu comportamiento es el aspecto de aquellos que te rodean. Nuestro cerebro tiene una tendencia a realizar pronósticos de todo lo que ve y a evaluar si es potencialmente peligroso o no. Decide al instante si es mejor quedarse o irse, si es bueno o malo.
Para este tipo de juicios instantáneo tiene en cuenta varios aspectos.
El atractivo físico atrae activando el modo reproducción. Además el “Efecto halo” ayuda a asociar a una persona atractiva otras cualidades positivas, como honestidad o bondad. Ayudando a confiar y a querer acercarnos a ellas. Aunque esta evaluación es errónea ya que la belleza física no tiene por qué ir asociada a otros atributos positivos, pero inconscientemente así lo creemos.
La familiaridad también te ayuda a confiar. Por ejemplo, si has visto antes a alguien y no has asociado ninguna situación negativa con esa persona esto te ayudará a sentirte más seguro/a en su presencia y a confiar.
La similitud. Si alguien es parecido a ti o comparte algún rasgo o característica contigo también lo evaluarás como más confiable. Por ejemplo, si se llama como tu, nació el mismo día, en la misma ciudad o estudió lo mismo. Si hay algún rasgo común te resultará de mayor confianza.
La expresión facial es la que nos da más información con respecto a si una persona es de fiar o no. Y es así, pero no a través de una foto o a través de una «representación televisiva». Estamos adaptados a evaluar mejor a alguien si la vemos en movimiento en un ambiente natural como hacían nuestros ancestros.
Con todas estas ideas en mente, ¿crees que puedes ser objetivo/a a la hora de juzgar a alguien o de evaluarla? ¿Crees que puede ser acertada dicha presunción? ¿Valoras más su opinión en función de algún estereotipo?
Necesidades y objetivos
Una de las necesidades más influyente que tenemos es la de pertenencia. De ser aceptado por el grupo y no ser rechazado. Esta necesidad va asociada a las dos necesidades principales que tenemos y que influye en todo lo que hacemos y queremos. La necesidad de supervivencia y la de reproducción. Parece claro que si nuestros antepasados permanecían con el grupo tenían más posibilidades de sobrevivir y de procrear. Si eran rechazados sus días estaban contados. Esta idea se ha perpetuado hasta la fecha. Muchos de tus deseos y objetivos tratan de satisfacer estas necesidades básicas, aunque no siempre de la mejor manera.
Posiblemente querrás dinero, poder, estatus, sexo, respeto y admiración de los demás, seguridad y control. Tratando de conseguir la aprobación de los demás lo que también te dará mayor seguridad y posibilidades de supervivencia y procreación. Así, intentarás conseguir esos objetivos y la manera de averiguar cómo es viendo que hacen y quieren los demás. Tratas de responder de nuevo a la pregunta ¿Que hago ahora? Y la respuesta es claro, los imitarás.
Esto tiene una parte positiva, ya que desde pequeño el aprendizaje por imitación es clave para desenvolvernos por el mundo y aprender unas reglas que serán necesarias para una vida en sociedad. Pero más adelante, esa imitación busca la pertenencia a grupos imitando sus conductas y metas. Querrás agradar y caer bien, y lo harás imitando a través del “comportamiento adecuado”. Y esto va limitando tu libertad de actuación.
Automáticamente repetirás comportamientos de la personas que tienes alrededor o de lo que ves por redes sociales sin juicio crítico ni filtro de por medio. Y como las conductas más atractivas son las que te ayudarán a ser aceptado/a y apreciado/a pues las imitarás. De esta manera, ideas y conductas antisociales se extienda de una manera extraordinaria por las redes y después en las calles. Tienes miedos a ser rechazado/a o juzgado/a negativamente. » ¿Qué pensarán de mí?» Por lo que asumes las ideas mayoritarias y más valoradas, y si tienes dudas o discrepancia mejor callarte vaya que se enfaden contigo y que retiren su aprobación y afecto.
Si ves conductas antisociales, pensamientos radicales y emociones como el odio o la ofensa permanente por todos lados, te acostumbras a ellas. En muchos casos las imitarás, pues estamos programados para hacer lo que vemos. Estas conductas están más activas y accesibles en tu cerebro por lo que será más fácil que las reproduzcas. En algunos casos tu necesidad de pertenencia es más fuerte que tus valores morales. Así, la mentira, la hipocresía, el egoísmo, el odio y la violencia se extiende cada vez más rápido por todas partes.
Tu cerebro, como el de todos, es perezoso, no le apetece analizar cada acción o creencia pues consume mucha energía, así que asume como cierto lo que le resulta familiar y es fácil. Cree la historia más coherente que le cuentan aunque esté sustentada con pocas evidencias. Busca pruebas que la confirmen y no que la desmientan. De esta manera, vas creando la imagen de este mundo con falsedades, suposiciones y conclusiones precipitadas.
¿De qué creencias tiene la completa seguridad de que es tuya y no ha sido asumida desde el exterior sin análisis previo? ¿Qué conductas realizas que no están influenciada por la mirada de los demás? ¿Qué decisión importante has tomado últimamente priorizando tu criterio propio? ¿Cómo sabes que la decisión es completamente tuya?
Conclusión
Dado el panorama mostrado creo que sería útil aprender como funciona tu mente. Descubrir los errores más habituales que cometes, detectar todas las influencias que el exterior nos manda y utilizar el pensamiento crítico y la pausa para comprobar todo lo que das por bueno e influyen en tu vida.
Tienes que tomar consciencia de lo que haces y piensas. Tienes que pasar por el filtro del juicio crítico para verificar si es adecuado para ti o no y cómo te hace sentir. Ser muy cuidadoso a quien admiras y copias, a quien crees lo que dice a pie juntillas, con lo que lees, escuchas y, especialmente, a las personas que sigues en redes sociales.
No debes permitir que pensamientos, creencias, emociones y comportamientos poco adecuados para tu bienestar se alojen en tu mente. Tienes que buscar una mirada y una manera de pensar independiente. Sólo así avanzarás. Descubrir qué es lo que está bien o mal, no en función de lo que te digan unos u otros sino con lo que sientas que es verdad y esté apoyado por evidencias o a través de tu propia experiencia. Y poder decidir en función a ello.
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